Un juzgado federal de la provincia de Jujuy quedó bajo sospecha tras detectarse que desaparecieron 60 kilos de cocaína en un depósito judicial que tenía como destino la incineración.
El descubrimiento salió a la luz a partir de un procedimiento de rutina realizado en la primera quincena de febrero. El cargamento había sido secuestrado en distintos operativos realizados por fuerzas nacionales, y se constató que no había constancias ni registros sobre su paradero final.
La investigación en torno al faltante está siendo dirigida por el juez federal Eduardo Hanseny el fiscal federal Sebastián Jure.
Según Hansen, la causa se originó a partir de que "se detectó una inconsistencia en los registros" durante un "control de rutina en un depósito", en el que se analizaron las existencias.
"Los funcionarios realizaron de inmediato la denuncia correspondiente, a los efectos de poder aclarar si se está frente a un hecho delictivo o a una grave falla administrativa", planteó el juez Hansen ante el diario El Tribuno de Jujuy.
"Por el momento no se puede descartar nada y todo es motivo de investigación", resaltó, e indicó que busca determinar "si la droga fue incinerada y no se borró de los registros, o si realmente estamos frente a ilícito".
En los decomisos de droga, el material suele ser trasladado a un depósito donde se labran las actas correspondientes sobre lo actuado y se lleva un estricto control acerca de lo que se ingresa.
Cuando la capacidad del establecimiento está al límite, este material se lleva a un horno donde se incinera frente a la presencia de autoridades del Juzgado, el encargado de depósito, entre otro personal afectado a la tarea.
Según precisó el portal matutino, en Jujuy no hay un horno pirolítico que permita que toda la droga que es secuestrada o decomisada pueda ser destruida de manera inmediata.
"Hay una investigación exhaustiva, se han realizado los sumarios a los efectos de determinar las responsabilidades administrativas y penales", manifestó el juez Hansen.
Fuente: Infobae.