Cuando Bruno Rafael entró a la clase en la escuela Estatal Balbina Viana Arrais, en el nordeste de Brasil, enseguida se encendió un murmullo en la clase. Una de sus alumnas alzó la voz y le dijo que había un cartel en la puerta para él. Era la primera de las pistas que le habían dejado en una sorpresa que conmovió y se viralizó en las redes sociales.
El profesor había llegado hacía dos meses al colegio para cubrir una ausencia por licencia. Sin embargo, por trabas burocráticas, todavía no le habían depositado sus sueldos y, sin dinero, le estaba costando mantener su trabajo. Tan grave era su situación que no pudo pagar más su alojamiento y para no tener que dejar las clases pidió alojamiento en la escuela.
Al enterarse de esto, sus alumnos decidieron hacer algo al respecto y darle una ayuda. Y allí estaba la sorpresa en proceso mientras Bruno Rafael leía un mensaje pegado con cinta en la puerta del aula. "Tus alumnos te agradecen la paciencia y se disculpan por dar tanto trabajo".
Desconcertado, el profesor se dio vuelta y leyó otro cartel que había en el pizarrón. Dejó sus cosas sobre el escritorio, sin darse cuenta que allí había una pequeña caja. Volvió la vista al pizarrón y siguió el camino que sus alumnos le habían planteado: en distintos bancos había mensajes para él hasta que finalmente el recorrido lo llevó nuevamente a su lugar.
Ahora sí vio que había algo allí para él, pero al abrirlo se quedó helado. Tardó en reaccionar. No lo podía creer. Los chicos lo aplaudieron y, aunque peleó con todas sus fuerzas, no pudo contener las lágrimas. "Gracias", dijo con la voz entrecortada y al instante el curso entero se puso de pie y lo fue a abrazar.
"La gente ve muchas veces que un estudiante quiere enfrentar y golpear a un profesor. Cuando sucedió esto me sentí muy feliz de verdad", contó el profesor todavía emocionado al diario Globo. Además, explicó su compleja situación: "La licencia se va renovando, y cada vez hay que luchar con la burocracia. Trabajé un mes y medio y pensé que iba a recibir mi sueldo, pero cuando miré la cuenta no tenía nada. Ahí empecé a preocuparme".
El regalo que recibió fue de 400 reales, resultado de una rifa que hicieron sus estudiantes y todavía Bruno lo recuerda con emoción: "Me puse nervioso. Temblaba, lloré y ellos me abrazaron".
El director de la escuela ya anunció que la situación del docente está resuelta y ya podrá olvidar este mal trago. Por el contrario, el gesto de sus alumnos quedará en su memoria para siempre.
Fuente: Clarín.