La carrocera, con sede en Villa Gobernador Gálvez, hará suspensiones rotativas de todo su personal, unos 400 trabajadores, ante la caída del mercado interno.
“Una carrocería cuesta 300.000 dólares y representa 3 mil horas de trabajo de los compañeros. Y ahora entre todas las fábricas hay 100 blancos: están listos, terminados, a la espera de que alguien los compre para pintarlos. ¿Y quién los puede comprar como están las cosas hoy en día?”, lamentó el jefe de la UOM Rosario, Antonio Donello
Metalsur se fundó en 1989 y creció como empresa familiar hasta que en 2012 dos gigantes del rubro, la brasileña Marcopolo y la chilena Metalpar, adquirieron en conjunto el 51% de la firma.
Desde ahí, Metalsur transitó el cuarto de siglo en plena actividad, pero los últimos tres años han sido críticos: con más stock pero menos ventas, acordó con la UOM un cronograma de suspensiones que mantiene puestos de trabajo –aunque se abrirán los retiros voluntarios– y el 90% de los salarios. Pero empresa y gremio saben que es transitorio.
“Esta semana hemos firmado un acuerdo en el Ministerio de Trabajo de Santa Fe, donde se le va a garantizar estabilidad en el empleo a los trabajadores hasta fin de año, salvo en los casos de retiro voluntario”, explicó Pablo Cerra, abogado de la UOM, que explicó que hasta el 12 de octubre se van se va a ejecutar un plan de suspensiones rotativas de los 400 trabajadores.
“Vemos que esta opción es un atenuante ante la pérdida de empleo”, defendió Cerra, pero su preocupación y de todo el gremio es qué pasa después.
“La situación de las industrias metalúrgicas es complicadísima. Vemos un panorama oscuro sin luz al final del túnel y se nos agotan las herramientas para paliar situaciones. La apertura de importaciones, los tarifazos y la baja del consumo interno son un combo que cada día va dinamitando más y no sabemos cómo va a terminar”, resumió Donello