El próximo año se cumplen 50 años de la llegada del hombre a la Luna, de ese pequeño paso para Neil Armstrong y Buzz Aldrin y ese gran paso para la humanidad. Ahora, la NASA se prepara para enviar a sus astronautas fuera de la órbita terrestre, empezando nuevamente por la Luna, pero con el objetivo de finalmente llegar a Marte. La nave que realizará el trayecto se llama Orion y ya está naciendo.
El desarrollo inédito para el mundo cuenta con la colaboración de la Agencia Espacial Europea (ESA), encargada de la mitad de la construcción. Los científicos de la ambas agencias, Nasa y ESA aseguran que Orion está hoy a menos de dos años de su viaje inaugural, y a tres o cuatro años del primer despegue tripulado.
“La competición acelera los proyectos, pero la cooperación permite que ocurran”, ha dicho Johann-Dietrich Wörner, el director general de la ESA, desde un hangar en el Centro Espacial Kennedy en Florida (EE UU).
Las imágenes que se conocieron hasta ahora son las de un cilindro metálico de cinco metros de diámetro y otros tantos de largo. Se trata del recién acabado módulo de servicio de la nave Orion, que llegó la semana pasada a Estados Unidos desde Bremen, Alemania. Según Philippe Deloo, director del proyecto Orion en Europa, ese cilindro repleto de instrumentos es “una de las mejores piezas de ingeniería de la ESA”.
El módulo de servicio suministra aire, electricidad y propulsión a la nave, entre otras funciones vitales, y es uno de los dos componentes principales de Orion. El otro es la cabina de la tripulación —el único elemento reutilizable—, un cono truncado con volumen de 20 metros cúbicos y capacidad para seis astronautas, cuya construcción ha corrido a cargo de la empresa Lockheed Martin y de la propia agencia americana.
“Históricamente, los Estados Unidos han mostrado recelo a la hora de delegar elementos críticos de la misión a otros países”, ha dicho Jim Bridenstine, el administrador de la NASA, por conferencia telefónica en el Centro Espacial. “Ahora hemos decidido colaborar en proyectos grandes que ninguna agencia puede hacer sola. Me parece un cambio muy positivo”, añadió.
Esta semana, con el ensamblaje en el Centro Espacial Kennedy de ambas mitades —el módulo de servicio y el de tripulación— nace la nave espacial Orion. El objetivo de Estados Unidos ya no es correr por ser el primer país en clavar la bandera en el siguiente planeta del Sistema Solar, sino desarrollar un programa “sostenible” de exploración e investigación científica a largo plazo.
Fuente: Rosario Plus