Tras un año fantástico en el que fue campeón de la Champions League con el Real Madrid, subcampeón del mundo con Croacia y elegido como el mejor jugador del Mundial de Rusia 2018, Luka Modric le puso el broche soñado al 2018 al conquistar su primer Balón de Oro.
Este mediocampista de 33 años nació el 9 de septiembre de 1985 en Zadar, una ciudad que por aquel entonces pertenecía a Yugoslavia. Con apenas 16 años, fichó por el Dínamo Zagreb pero rápidamente fue cedido al HŠK Zrinjski Mostar de Bosnia y Herzegovina, donde debutó como profesional el 3 de agosto de 2003. El año que estuvo allí le alcanzó a Modric para demostrar toda su categoría y ser elegido como el mejor jugador de la Liga Bosnia.
Luego de esta primera experiencia, el volante regresó a Croacia para jugar durante una temporada, también a préstamo, en el NK Inter Zaprešić. Después de un buen campeonato, su equipo finalizó segundo en la liga local.
A mediados de 2005, Modric regresó al Dínamo Zagreb para quedarse y conquistar en la temporada 2005/2006 su primer título como futbolista profesional: la Liga de Croacia. En los tres años que permaneció en la institución, el del Real Madrid ganó tres Ligas, dos Copas de Croacia y una Supercopa, y demostró condiciones impresionantes que le permitieron pegar el salto a la Premier League.
En abril de 2008, el Tottenham oficializó la contratación del croata a cambio de 27 millones de euros, lo que lo convirtió en el fichaje más caro de los Spurs por aquel momento. Sin embargo, no todo fue color de rosas para el mediocampista, que en sus comienzos en la institución londinense padeció una lesión en su rodilla.
Cerca de un año después de esa dura situación, Luka volvió a sufrir un duro revés del destino: durante un partido ante el Birmingham, se retiró con un dolor en su pierna derecha, que resultó ser una fractura en el peroné.
Después de una recuperación de casi cuatro meses, el volante volvió al ruedo y a partir de allí su carrera fue en un ascenso casi constante. Con el correr de los partidos, Modric se convirtió en una pieza clave del Tottenham y hasta se ganó los elogios del propio entrenador del equipo. "Luka es increíble. Es de otro planeta, está en otro nivel. Es un futbolista fantástico y un chico fantástico", llegó a decir Harry Redknapp.
Las ofertas por el croata no tardaron en llegar, pero los dirigentes de los Spurs no querían saber nada con venderlo. Tanto fue así que llegaron a rechazar una jugosa oferta de 40 millones de libras esterlinas del Chelsea.
Sin embargo, el volante quería dar ese salto de calidad que le faltaba y comenzó a presionar al club inglés para que le facilitara su salida. Fue así que, el 27 de agosto de 2012, el Tottenham aceptó los 30 millones de euros que ofreció Real Madrid por Modric.
En el Merengue mostró su mejor repertorio. Allí se metió definitivamente entre los mejores mediocampistas del mundo, conquistando cuatro Champions League, una Liga de España, una Copa del Rey, dos Supercopa de España, tres Supercopa de Europa y tres Mundial de Clubes.
Para muchos, el punto más alto de su carrera lo alcanzó en el Mundial de Rusia 2018. Con actuaciones brillantes y dos goles, uno a Nigeria y otro a Argentina, fue quien condujo a Croacia hasta la final, en la cual terminó cayendo ante Francia por 4-2. A pesar de no poder coronar el torneo con el preciado trofeo, aquel 15 de julio el 10 balcánico se llevó el reconocimiento de ser elegido el mejor jugador de la Copa del Mundo.
Hoy, casi cuatro meses y medio después de lo que seguramente fue el trago más amargo de su carrera, el fútbol le cumple a Luka Modric uno de los sueños que todos los jugadores tienen desde que comienzan a patear una pelota: ser elegido como el mejor del mundo.
Fuente: TyC Sports.
