Este fin de semana se realizó la 120° Peregrinación a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Y el tiempo jugó un papel importante. Desde las primeras horas del sábado, cientos de niños que cursan la catequesis en la Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz llegaron a la zona de la costanera frente a la UTN, para caminar en procesión hasta la casa de María de Guadalupe y luego participar de una celebración religiosa multitudinaria en la Plaza del Folklore.
También los taxistas peregrinaron el sábado como es tradición, con sus vehículos adornados con globos y guirnaldas con los colores de la Vírgen.
Desde la mañana del sábado cientos de personas llegaron hasta el Santuario de Guadalupe y esperaron haciendo fila para llegar al Camarín de la Vírgen, mientras tanto se realizaron oficios religiosos con una importante presencia de gente cada hora, hasta la madrugada del domingo. Como cada año los jóvenes fueron los encargados de la vigilia hasta las primeras horas del domingo con el comienzo de las nuevas celebraciones.
La Misa principal estaba prevista en la Plaza del Folklore para el domingo a las 15,30, pero debido al estado del campo después de las lluvias, se decidió celebrarla en la explanada de la Basílica. A pesar de la tenue llovizna que se sintió por momentos, una multitud vivó la salida de Nuestra Señora de Guadalupe con pañuelos blancos y celestes y una lluvia de pétalos de rosas desde lo alto del campanario.
La celebración de los niños el sábado y la Misa principal del domingo fueron celebradas por Monseñor José María Arancedo, Obispo emérito de Santa Fe de la Vera Cruz, ante la ausencia de Monseñor Sergio Fenoy, que está participando el Roma de la visita “Ad Límina” al Papa Francisco.