Una pequeña niña de dos años se salvó de milagro de ser mordida por una yarará gracias al perro de la familia, que comenzó a ladrar intensamente y alertó de la presencia del reptil a la madre. Ocurrió en la localidad de Monje, en el sur provincial.
Tras apartar a la menor, la mujer dio aviso a su marido, que volvió a su hogar y se encontró con la víbora, a la que retiró con un palo.
“Mi nena estaba jugando a dos metros. Se salvó que la picara gracias al perro y al gato”, indicó a Info Más y agregó que la aparición puede deberse a los escombros que se encuentran a la vuelta de su vivienda.
“Menos mal que no atacó a mis hijos, sobre todo a la de dos años que estaba muy cerca”, agregó.
Fuente: Vía País