Andrés Iglesias, conocido como Niño de Cobre dialogó esta mañana en AV9 con Osvaldo Medina y habló sobre sus comienzos como muralista y lo que significa para él plasmar en las paredes retratos de personajes famosos y también de desconocidos.
"Estoy destapando algo que estaba muerto, algo que nadie estaba haciendo y de repente hubo una escuela de niños que empezaron a pintar; gracias a eso hay buenos artistas. Yo soy muralista porque la diferencia entre el graffiti y el muralismo es el tiempo y la legalidad. El graffiti tiende a ser ilegal y contestatario, tiene que romper la sociedad y generalmente es vandálico; en cambio el muralismo requiere mucho trabajo y tiene un mensaje de fondo, lo que comparte es la técnica del aerosol", comenzó diciendo en la entrevista.
El destacado artista santafesino explicó que "Soy como Superman, está la cara del artista que ven todos y el que nadie conoce, eso está buenísimo". Con respecto a sus comienzos señaló que "todo esto que está pasando es gracias a que yo nunca lo calculé, a querer simplemente pintar y explorar esa parte mía de ese bichito interior de hacer algo creativo y siempre fui de pintar y dibujar mucho. Al principio era todo sacado de mi bolsillo, pero cuando empecé a desarrollar una técnica y a tener un impacto visual a la gente le empezó a interesar eso y gracias a mis principios pude tener varios trabajos que me permitieron desarrollar mi técnica".
"Cada una de las paredes que pinto se siente como una oficina para mí"
Más adelante contó sobre la actualidad y su experiencia en el exterior: "en el 2016 y 2017 fue cuando se abre una puerta porque me invitaron a pintar a Dubai, a un festival, y gracias a ese viaje se me abrieron muchísimas puertas, me conocieron en Estados Unidos y Europa. Este año fui tres veces a EE.UU. ahora vuelvo a ir el lunes a España, dos veces a Inglaterra, Uruguay Brasil. En EE.UU. para mi sorpresa está muy poco desarrollado. En Estados Unidos pinté en Indiana, que es el mural más grande, en Chicago, en New York, en Los Ángeles, San Francisco".
Sobre su toque personal en sus obras, Andrés comentó que "me gusta pintarme reflejado en la pupila como si yo estoy pintando, no está todas las obras porque a veces no me deja la situación, pero generalmente estoy yo con el aerosol y la sombra de una silueta, que el que presta atención lo puede ver".
En otro tramo relató cómo es la experiencia de pintar en otros países: "Cuando empezas a pintar y no hay nada en la pared, eso genera dudas y cuando pasan dos días la gente ya sabe que estás trabajando mucho y empieza a parecer una obra; ahí es cuando realmente todos son amigos tuyos. Aparecen con una cerveza o un mate, o algo para comer".
"Cada una de las paredes que pinto se siente como una oficina para mí, porque tengo que saber cómo llego desde el hotel o donde esté a esa pared, cuando estoy trabajando afuera son entre 14 y 16 horas por día, así que no puedo llegar a recorrer las ciudades como un turista. Yo generalmente fijo los tiempos porque no me puedo ir de Santa Fe más de tres semanas, entonces tengo una semana para estar y le dedico el tiempo a sacar la mejor obra que pueda", agregó.
"El sueño de la pared que siempre quise pintar se cumplió ayer, es el mural más alto que hice hasta ahora, una torre en el Barrio Las Flores"
En la parte final de la entrevista, Niño de Cobre sostuvo que "antes lo que quería era simplemente que me prestes una pared para poder pintar, hoy quiero pintar edificios lo más grande posible y esa búsqueda interior siempre está, con las ganas de querer progresar y superarse siempre".
"El sueño de la pared que siempre quise pintar se cumplió ayer, es el mural más alto que hice hasta ahora, una torre en el Barrio Las Flores a 35 metros de altura. Yo siempre quería pintar esas torres, por suerte me convocó la provincia para ese proyecto y pude cumplir un sueño muy importante", finalizó.