Una vecina de La Gallareta, localidad del departamento Vera, dio aviso a las autoridades de un extraño hallazgo en el patio de su vivienda en el norte santafesino.
Hasta allí se dirigió un grupo de efectivos de la guardia rural Los Pumas, donde constataron la presencia de un ejemplar de la especia oso melero (Tamandua Tetradactyla), que había sido resguardado por la mujer de 52 años.
Minutos después, los efectivos lo secuestraron de forma preventiva para que sea examinado por un profesional, que dictaminó que el animal se encontraba en buenas condiciones de salud para ser trasladado a su ambiente natural.
Mediante un llamado telefónico, una vecino de La Gallareta dio aviso sobre el hecho de que en la vivienda halló un oso melero.
La Subdirección de Ecología de la Provincia de Santa Fe, tuvo a cargo la aprobación de la liberación del oso melero en el hábitat natural, acción que se realizó juntamente con un testigo.
Sobre el Tamandua Tetradactyla
El pelaje es corto, tupido y suave; su coloración es ocrácea amarillenta o canela y sobre el dorso presenta una especie de “chaleco” negro o pardo oscuro, que se extiende desde los hombros hasta las ancas y que por detrás de los hombros envuelve a todo el cuerpo. El “chaleco” es muy variable en extensión e intensidad, e incluso puede estar ausente. El hocico es largo, algo curvado hacia abajo y con una boca muy pequeña; la lengua es muy larga, mide unos 40 centímetros y está cubierta por una sustancia pegajosa. Los ojos son pequeños y las orejas de tamaño mediano. Las extremidades son cortas y robustas; las anteriores tienen cuatro dedos con garras bien desarrolladas, especialmente en el tercero; las posteriores tienen cinco dedos con uñas más cortas. La cola es larga y prensil; sólo el dorso proximal está cubierto de pelos, mientras que en el resto es desnuda y presenta manchas oscuras irregularmente distribuidas.
Distribución: En Sudamérica, siempre al este de los Andes, desde Venezuela, hasta el norte de Argentina y Uruguay.
Hábitat: Se lo encuentra en una gran variedad de ambientes, desde selvas y bosques tropicales y subtropicales hasta montes y sabanas relativamente abiertas.
Costumbres: Es solitario y está activo tanto de día como de noche durante períodos continuos de unas 8 horas. Pasa mucho tiempo en los árboles; para ello trepa con agilidad usando sus fuertes garras y la cola; también se desplaza en tierra, pudiendo cubrir largas distancias. Camina apoyando sólo el borde externo de las manos. Durante el descanso se refugia en huecos de árboles y en cuevas abandonadas. Cuando es amenazado en tierra se sienta sobre sus patas traseras, usando la cola como un trípode y lanza zarpazos con las poderosas garras delanteras. Su área de acción es de 350 a 400 ha. Tiene una dieta especializada en termitas, avispas y hormigas, pero también consume miel y cera de los panales. Detecta a sus presas mediante el olfato y desgarra las colonias con sus fuertes garras, para luego atrapara los insectos con la lengua sobre la que quedan adheridos.
Reproducción: Se desconocen muchos aspectos de su biología reproductiva. La hembra da a luz una sola cría, luego de una gestación de 4 a 6 meses. La cría es transportada en el dorso o en los flancos de la madre, hasta aproximadamente el año de edad. En cautiverio han llegado a vivir hasta 9 años y 6 meses.
Situación ambiental: Si bien es de amplia distribución, no es una especie muy común, especialmente por la destrucción del hábitat, presentando extinciones locales en algunas regiones. UICN: preocupación menor. Argentina: potencialmente vulnerable. Uruguay: amenazado e insuficientemente conocido.
Con información del Sistema de Información de Biodiversidad de la Administración de Parques Nacionales de Argentina