Durante este jueves se llevaron a cabo en los tribunales de Vera los alegatos de cierre en el juicio por el femicidio de Rosalía Jara, la joven vista por última vez con vida el 1 de julio de 2017 en Fortín Olmos y encontrada asesinada el 26 de agosto de 2018 en inmediaciones de un arroyo de la zona en el norte de la provincia de Santa Fe.
El primero en exponer fue el fiscal Gustavo Latorre, quien hizo un repaso pormenorizado de las medidas probatorias que se elaboraron durante la instancia de instrucción y de los testimonios de los más de 70 testigos que pasaron durante el mes de juicio.
Dentro de los indicios probatorios, Latorre enumeró: los resultados de ADN que confirma la paternidad de Valdez, único imputado en la causa, de la hija de Rosalía; los rastrillajes con los canes que arrojaron resultados positivos sobre la presencia de la joven en el auto del acusado; los exámenes que determinaron que los restos óseos hallados en un campo a kilómetros Fortín Olmos eran los de la joven; los informes de geolocalización de los celulares que los ubicaron en un mismo área de cobertura el día de la desaparición; y los testimonios de familiares de Valdez, de Jara, de allegados y de personas que estuvieron en inmediaciones de la garita donde se la vio por última vez con vida.
Luego llegó el turno de la querella, a cargo de Carolina Walker y Matías Pautasso. La oradora fue la doctora Walker, quien hizo énfasis y sumó a lo expuesto por el fiscal la presunta connivencia de agentes de la policía de Fortín Olmos con el imputado, quienes les habrían dado aviso sobre la investigación en su contra, motivo por el cual Valdez habría reseteado su celular el 4 de julio, tres días después de la desaparición de Rosalía.
La querellante dijo que la relación del profesor y la joven había comenzado cuando esta tenía 12 años y era su alumna, por lo cual lo calificó de "abusador sexual infantil" y dijo que incluso había manifestado su conducta con una prima de Rosalía. Además conicidió con que el 4 de julio, luego de la visita de un policía a la casa de Valdez, el imputado reseteó el teléfono y después lo volvió a restaurar, borrando así toda la información hasta entonces disponible.
El tercero en tomar la palabra fue el abogado defensor Jorge Faisal, cuñado además del imputado, quien volvió a ratificar la inocencia de su defendido y criticó fuertemente a los funcionarios judiciales que participaron en la etapa de investigación preparatoria, desde el juez Gustavo Gon y el fiscal Gauna Chapero, pasando por el entonces fiscal regional de Reconquista Rubén Martínez por lo que entienden, fueron severas irregularidades durante los peritajes.
Faisal señaló que en la pericia de los canes no hubo testigos presentes y apuntó contra un supuesto testigo que habría visto subir a Rosalía en el auto de Valdez pero que nunca se presentó a estrados judiciales. El abogado reconoció que si bien varios testigos ubican en cerca de la garita a un auto con características similares al del imputado "nadie pudo ratificar que haya sido efectivamente Valdez", tal como reiteró en varias oportunidades de su exposición.
Hacia el final, por primera vez tomó la palabra el profesor de Educación Física Juan Valdez, quien describió lo que para él fue una persecución policial, política y judicial en su contra; y denunció lo que entiende fueron una serie de irregularidades en la investigación por parte de los efectivos policiales, jefes de la policía local y regional, y el exfiscal de la causa Martín Gauna Chapero.
Los pasajes más importantes de la declaración de Valdez
Desde los ocho meses vengo solicitando el juicio. Una vez que estuvieron las pruebas negativas de luminol y de cabello, que me devolvieron el auto solicité el juicio.
No tengo ninguna connivencia con la policía. Me pregunto si el poder judicial tendrá connivencia con la policía.
El 4 de julio Me solicitaron si podía acercarme a la Comisaría de Fortín Olmos porque querían entrevistarme. Le dije que no había problema, que tenía el gimnasio lleno de gente y mi mujer con el auto no estaban. Cuando llegó, fui.
En la comisaría estaba toda la plana mayor de la comisaría. Iván Barrientos como jefe de Fortín Olmos, Julio Lucero, Malagueños y Juan José Vulloz de la Unidad Regional XIX. Me preguntaron si había tenido comunicación con Rosalía Jara.
Le dije que sí, que me comuniqué. Jamás me negué. Desde un primer momento dije que yo no era el último que la había llamado porque la policía me había mostrado los llamados.
A quién protege la fiscalía.
Los policías no son amigos míos, gente de Fortín Olmos me ha visto en la Comisaría porque ahí funcionaba una mesa de póker.
Si me llega a pasar en prisión los hago responsables a los policías, a Gauna Chapero, Gustavo Gon y a Carlos Renna.
El ingeniero en tecnología Quaranta dijo que había un mensaje de Rosalia conmigo, dónde está el mensaje, a quién nombraba Rosalía en ese mensaje. Ese mensaje no existe.
Gracias a la perito Casco dejó asentado lo de Quaranta. Pero como se hizo todo al revés, primero le metieron mano al teléfono. Con qué intención, había algo que les preocupaba?
La perito fue con las dos cuentas de Gmail que tenía el teléfono.
El 4 de julio me manipularon el teléfono. Julio Lucero me pidió que le deje el teléfono, le dije que no porque trabajaba con el teléfono. Me dijo que borre todas las contraseñas y me adelantó que me iban a peritar el auto.
Cuando llegué a mi casa reinicié el teléfono. La única manera de eliminar todo era borrando las cuentas de Gmail y yo no las eliminé. Entregué todo con las claves y patrones de desbloqueo. Lo dijo la perito, no la defensa.
Al otro día reinicié el teléfono.
Al otro día viajé a Reconquista y cuando volví le avisé a Barrientos. Me dijo que ya estaban los perros, me acerqué. A los perros me lo hicieron ladrar arriba, lo dije en Cámara en dos oportunidades. El video únicamente muestra el lateral del auto.
El bombero le tocó la cabeza y ahí ladró. En el video no se ve por el vidrio polarizado del auto. Ahí comenzó mi calvario.
Me secuestraron el auto sin testigos, le entregué mi celular con patrones de desbloqueo. No sabía que no tenía que decir nada pero como quería colaborar se lo dije sin saber que la policía me estaba armando la causa.
No tengo connivencia policial ni miedo a la policía. Me arruinaron la vida. Me aprehendieron hasta las 12 de la noche y me fui a mi casa.
Un compañero me ofreció trabajo, Nuñez de Reconquista, soy gasista matriculado. Trabajábamos en Reconquista, por eso me fui allá en las vacaciones de invierno. Avisé donde estaba, di la dirección. Sabían perfectamente donde estaba porque yo lo había dicho.
El 18 adquirí otro teléfono porque necesitaba por mi trabajo. Lo primero que hice fue avisarle a Iván Barrientos. Siempre estuve a derecho, jamás me negué a nada.
Hasta el 20, cuando me detuvieron en Reconquista, en la casa de mi abogado defensor. La comisario Ibarra no se acuerda como entraron. Yo bajé y abrí la puerta. Me redujeron, les dije que estaba mi nieto y mis hijos durmiendo. Corroboraron que no haya nada más.
En el patio interno se encontraban Cortina la comisario Ibarra, vinieron con el relato armado. Tuvimos que escuchar la burrada de quién estaba bajo la investigación de esta causa. El señor Cortina, dijo que un formato Excel no se puede modificar. Todo el mundo sabe que sí se puede.
Estuve en un buzón tres meses en el penal de Coronda.
Cuando volví a la Alcaidía de Vera por acercamiento familiar me persiguieron, en una oportunidad me trasladaron a Coronda sin orden, el juez Gon dijo que no había ordenado traslado. Al otro día me trajeron con orden inmediata de traslado. ¿Con qué intenciones me movieron, querían que pareciera un accidente? Acá me tienen, soy inocente.
Había una persecución policial, judicial y política. Me perseguían los grandes, los jefes de la policía, ¿qué querían esconder?
Política: el secretario de seguridad Galfrascoli dijo por todos los medios que había elementos tecnológicos que me ubicaban a las 2 de la mañana en el medio del río.
Judicial: el fiscal general Martínez dijo que tenían testigos claves que vieron a Rosalía subir a mi auto. ¿Dónde están los testigos?
Hicieron dudar hasta a mi familia. Yo le decía a mi mamá que se quede tranquila porque no estuve con Rosalía ese día.
El doctor Renna en una resolución puso que debía quedarme detenido ya que había evidencia donde yo había tenido una notificación de pedido de ADN de parte de Rosalía. Primero en la audiencia no se había hablado de eso, segundo nunca recibí nada. La notificación era de Rosalía hacia el marido. En una audiencia le pedí cara a cara que me explique por qué había mentido. No tuve respesta.
El 20 pasado cumplí tres años preso.
La semana pasada fui sometido a requisa, este papel ayuda memoria un policía entró me lo leyó, le pedí que no lo haga. Se rió y me dijo 'guarda con lo que vas a decir el jueves'. Lo denuncié a fiscalía y pedí que se lo investigue. Quiero saber por quién fue mandado.
Antes de venir, a la mañana, al mismo policía Altamirano que denuncié se acercó al auto. No le tengo miedo, no tengo connivencia con la policía, soy inocente y lo voy a repertir siempre
La Justicia no le pueden dar respuestas a la familia de Rosalía, adhiero a ese pedido. Yo también necesito saber qué pasó durante estos años. Solicité mi ADN porque Rosalía jamás me había dicho que era hija mía.
Cuando salió que era positivo recibí del ministerio de Educación una derivación a la cocina centralizada de Reconquista, el día posterior al que tenía que recibir mi libertad. Solicitaron la libertad domiciliaria o que indefectiblemente me lleven todos los días a Reconquista para retomar mi trabajo. Me encuentro con artículo 80/0 en el ministerio, mantengo los cuatro cargos pero sin goce de haberes.
Los medios también fueron partícipes, abusador infantil dicen la doctora Walker, no existe nada de eso. Siguen mintiendo con la edad de Rosalía para que parezca que abusaba de una menor.
Han hecho desaparecer conversaciones mías con Rosalía, como se le escapó a Quaranta. ¿A quién ensuciaba Rosalía? ¿Por qué me hicieron desparecer eso, por qué me boraron todo de mi teléfono celular? Yo no fui quién borró.
La perito dejó bien claro que no se puede borrar todo mientras se mantengan las cuentas. Recuperaron conversaciones anteriores, pero otras desaparecieron. Dónde están, a quiénes perjudicaba. ¿No será que el poder judicial tiene connivencia policial?
Soy inocente y lo voy a repetir hasta el cansancio.
No tienen una prueba contra mí. Lo dije desde el primer momento.