"Todos los años nos saludamos por las fiestas y nos desearnos lo mejor. Es un gesto que nos debemos. Lo saludé con mucha sinceridad, con mucho aprecio, y conversamos, particularmente, de todo lo que la provincia está haciendo y de las necesidades que hay", dijo José María Arancedo, después del encuentro.
"Corresponde que haya un buen vínculo entre el arzobispado y la provincia. La relación entre la iglesia y el gobierno tiene que ser de autonomía pero también de cooperación, de respeto y diálogo. Nos debíamos este encuentro como una expresión de lo que debe ser a nivel de vida ciudadana", finalizó el arzobispo.
Durante el encuentro, que tuvo lugar en el despacho del gobernador en Casa de Gobierno, Lifschitz le obsequió al arzobispo una acuarela de la Catedral de la ciudad capital.