En 1997 el dictador Augusto Pinochet fue despedido con honores de su cargo al frente de las Fuerzas Armadas en una ceremonia realizada en la Escuela Militar, una de las zonas más ricas de la capital Santiago. Salvador Allende lo había designado en 1973 para preservar las instituciones, meses antes de realizar el golpe de Estado que lo lanzó a la fama.
Con el retorno de la democracia Pinochet continuó al frente del ejército y en marzo de 1998, sin haber sido elegido por el pueblo, asumió como senador vitalicio entre abucheos de las víctimas de la dictadura. Pero no lo hizo en el histórico Congreso, símbolo de la democracia chilena donde Salvador Allende había asumido la presidencia. La dictadura lo había cerrado y trasladado de la capital a Valparaíso, donde fue inaugurado en 1990.
En 1973 Gabriel Boric no había nacido. En 1998 era un niño de apenas 12 años. En 1973 Pinochet se puso al frente del país entre cuatro paredes asegurando que “las cámaras quedarán en receso hasta nueva orden”. En 1998, el Congreso lo recibió con gritos e insultos. A diferencia de los abucheos que recibió Pinochet cuando asumió como senador, el 11 de marzo de 2022, en el Congreso de Valparaíso, Gabriel Boric su puso la banda presidencial mientras lo aplaudían. Además, estaba rodeado de figuras latinoamericanas invitadas especialmente -como Dilma Rousseff y Álvaro García Linera, entre otras- que sufrieron represión y cárcel por dictaduras similares a la encabezada por Pinochet. Y si la política también depende de gestos y símbolos hay que mencionar que este 14 de marzo la flamante ministra de defensa Maya Fernández Allende -nieta de Salvador Allende- fue recibida con honores cuando entró a su ministerio.
Tanta agua ha corrido por el rio Mapocho -que atraviesa Santiago- que sería imposible resumir en pocas líneas los símbolos de Chile desde aquel 11 de septiembre de 1973 cuando Pinochet derrocó a Allende. A lo largo de este río, en octubre de 2019, cientos de miles de personas se movilizaron para exigir el fin de un modelo socio-económico heredado de aquel lejano pero presente 11 de septiembre. Allí, los y las sobrevivientes de la dictadura les entregaron simbólicamente, a quienes ni habían nacido en 1973, las banderas que había levantado Allende, a la que le sumaron la mapuche tricolor.
En su primer discurso desde el balcón de La Moneda Boric recordó el último mensaje de Allende como presidente para hilvanar los símbolos de 1973 con 2022. “Como pronosticara hace casi 50 años Salvador Allende -dijo- estamos de nuevo, compatriotas, abriendo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, el hombre y la mujer libre, para construir una sociedad mejor”.
Las grandes alamedas se están abriendo. Ahora Boric tiene la llave para abrirlas de par en par…
*El autor del artículo es analista internacional y director del portal Nodal.am, donde fue publicado originalmente.