Cinco meses después de dos fuertes terremotos que sacudieron el país, México volvió ayer a estremecerse con un sismo de 7,2 grados de magnitud, que sacó a miles de personas asustadas a la calle desde casas, oficinas y comercios, pero que por el momento y hasta la medianoche de ayer no había provocado víctimas.
El terremoto se registró a las 17,39, al final de la jornada laboral del viernes, y tuvo epicentro 11 kilómetros al sur de Pinotepa Nacional, en el estado sureño de Oaxaca, de acuerdo con la estimación final del Servicio Sismológico Nacional.
El Servicio Geológico Estadounidense evaluó de manera preliminar una magnitud mayor, de 7,5 en la escala de Richter.
De acuerdo con esta entidad, la profundidad del terremoto fue de 12 kilómetros. Sin embargo, el Servicio Geológico de Estados Unidos reporta una profundidad de 24 kilómetros.
El presidente Enrique Peña Nieto aseguró en su cuenta de Twitter que debido al "sismo de magnitud preliminar de 7, a 8 km al Noreste de Pinotepa Nacional, Oaxaca, se han activado protocolos del Sistema Nacional de Protección Civil".
"Los estados de Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Puebla y Ciudad de México continúan con protocolos de revisión y monitoreo, hasta el momento no reportan daños", informó el coordinador nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, Luis Felipe Puente.
Además, dijo que por el sismo "no se espera generación de un tsunami en costas mexicanas".
Por su parte, el secretario de Comunicaciones informó que "la infraestructura de comunicaciones y transporte se reporta sin afectaciones y operando con normalidad a nivel nacional". "Nos asustamos bastante y salimos, sobre todo por el miedo del terremoto del año pasado", dijo una joven que estaba mandando mensajes por su celular en el Paseo de la Reforma de la capital mexicana. "Quiero hablar con mi papá para saber si todos están bien".
Sí se advirtieron daños en algunas fachadas de edificios en Pinotepa Nacional y en Ciudad de México, así como en casas y negocios en San José del Progreso, Oaxaca, según la cadena Televisa.
Algunos habitantes de la capital del país abandonaron edificios y casas, e incluso detuvieron sus autos a la mitad de la calle. Helicópteros sobrevolaron la ciudad,
"Con lo que pasó el 19 de septiembre, pues ya nada más oí la alarma... y me salí descalza con mi niña", dijo Mercedes Rojas Huerta, un ama de casa de 57 años, mientras permanecía sentada afuera de su casa en la colonia Condesa, una de las más afectadas por el terremoto de hace cinco meses.
"Tengo miedo en meterme. La casa es vieja", dijo Rojas, quien recordó que le daba temor sólo recordar que en el terremoto anterior se cayeron varios edificios.
El Servicio Sismológico de México señaló que casi una hora después del sismo se habían presentado al menos 59 réplicas, la más fuerte de unos 5,9 grados.
La Cruz Roja reportó que se colapsó la fachada de un edificio en la colonia Condesa, aunque no se reportó ningún herido. El organismo también señaló que atendía crisis nerviosas de algunas personas en distintas partes de la ciudad.
En Oaxaca, el gobernador Alejandro Murat dijo en su cuenta de Twitter que las autoridades estatales evaluaban aún las distintas zonas para determinar si hubo daños.
El epicentro fue en una zona rural del oeste de Oaxaca, cerca de la costa del Pacífico y de la frontera con el estado sureño de Guerrero.
El sismólogo Paul Earle dijo que el movimiento parecía un evento sin relación con un sismo que el 8 de septiembre ocurrió también en Oaxaca, y que tuvo una magnitud de 8,2 grados.