El 9 de julio, considerado una fecha importante en la independencia, no es el único precedente. Distintos hechos anteriores y posteriores en el tiempo contribuyeron a ese objetivo. Sin analizarlos en su totalidad, quiero resaltar algunas circunstancias marcadas por diversos autores en este aspecto.
Para algunos, la convocatoria y establecimiento de la Asamblea del año XIII representaron un verdadero acto de soberanía e independencia jurídica e institucional de cualquier otra nación. En el artículo 1º del proyecto se establecía: "Las provincias del Río de la Plata forman una república libre e independiente". El carácter independiente se reflejó en las distintas normas que se promulgaron, las cuales solo podían ser establecidas por un estado con esa cualidad.
El 9 de julio de 1816, la declaración dice: "INVESTIRSE DEL ALTO CARÁCTER DE UNA NACIÓN LIBRE E INDEPENDIENTE DEL REY FERNANDO VII, SUS SUCESORES Y METRÓPOLI". Por lo tanto, quedó claro que el divorcio se refería únicamente a España.
Por lo tanto, San Martín, Belgrano y Güemes presionaron y el 19 de julio se llevó a cabo una sesión en la que se agregó en un ACTA SECRETA a la fórmula de juramento "Y DE TODA OTRA DOMINACIÓN EXTRANJERA".
Así, la independencia política plena se logró en ese momento. No obstante, faltaba mucho para alcanzar la independencia económica.
Pero el 9 de julio de 1947, en un acto poco conocido, se proclamó LA INDEPENDENCIA ECONÓMICA, que decía: "En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán, a nueve días del mes de julio de mil novecientos cuarenta y siete, en celebración del centésimo trigésimo primer aniversario de la Declaración de la Independencia política sancionada por el Congreso de las Provincias Unidas reunido en mil ochocientos dieciséis, se reúnen en acto solemne los representantes de la nación en sus fuerzas gubernativas y en sus fuerzas populares y trabajadoras, para reafirmar el propósito del pueblo argentino de consumar su emancipación económica de los poderes capitalistas extranjeros que han ejercido su tutela, control y dominio, en forma de condenables hegemonías económicas y de aquellos que pudieran estar vinculados a ellos en el país".
Y en el preámbulo de la misma, se decía: "Nosotros, los representantes del pueblo y del gobierno de la República Argentina, reunidos en Congreso Abierto a la voluntad nacional, invocando la Divina Providencia en el nombre y por la autoridad del pueblo que representamos, declaramos solemnemente ante el mundo la justicia en la que se basa la decisión de los pueblos y gobiernos de las provincias y territorios argentinos de romper los vínculos dominantes del capitalismo extranjero arraigado en el país y recuperar los derechos sobre el gobierno de las fuentes económicas nacionales. La nación alcanza su libertad económica para tener, tanto en la práctica como en teoría, el amplio y pleno poder para adoptar las formas que requiere la justicia y la economía mundial, en defensa de la solidaridad humana".
Juan Perón, presidente de la nación, y otros representantes firmaron el documento. Aún falta mucho para lograr una independencia plena en ese sentido, pero se han dado algunos pasos. Entre ellos, podemos mencionar la reestatización de YPF, la anulación de las AFJP y el gasoducto NK, que son hitos en esa dirección.
Seguramente, también lo será el hecho de poner la explotación e industrialización del litio bajo control nacional, respetando los derechos de las provincias. Aún tenemos un gran desafío, que es liberarnos de la tutela y el control del FMI y sus políticas usurarias, para recuperar los derechos sobre el gobierno de nuestras fuentes económicas.
*El autor del artículo es docente y columnista del programa Entre Mate y Mate, que se emite los sábados en la mañana de LT9