Corea del Sur sorprendió hace minutos al mundo al anunciar que el presidente norteamericano, Donald Trump, había aceptado la invitación de su par norcoreano, Kim Jong-un, de reunirse para discutir un posible final del polémico plan nuclear del país régimen comunista.
La reunión, inédita entre dos mandatarios de esas naciones, se producirá según la declaración en mayo. De realizarse, será el mayor paso de distensión en un conflicto que tiene en vilo a toda Asia y a Occidente.
La invitación fue formalizada por Kim en su encuentro con una delegación de Corea del Sur hace tres días; en ella el joven dictador de Pyongyang ya había sorprendido con su voluntad de abandonar el avanzado programa de armas nucleares y misiles balísticos del régimen que inquieta al mundo.
Se trata de otro paso en la nueva línea diplomática de Kim, que exhibió signos de flexibilidad diplomática desde principios de año, cuando anunció la participación de atletas norcoreanos en los Juegos Olímpicos de Invierno, que tuvieron lugar en Corea del Sur.
Kim también tendrá una cumbre con el presidente surcoreano Moon Jae-in, la tercera reunión entre las máximas autoridades desde el final de la Guerra de Corea (1950-1953).
Durante ese encuentro en Pyongyang, el régimen de Kim se dijo dispuesto a renunciar a su controvertido programa nuclear a cambio de garantías internacionales a su seguridad nacional, señalando sobre todo a Estados Unidos, al que considera su principal amenaza.
Fuente: La Nación.