Trump pasó los últimos tres días atacando a México por permitir que más de 1.000 centroamericanos, la mayoría de Honduras, hayan iniciado una marcha hacia la frontera con Estados Unidos, donde muchos esperan solicitar asilo.
"Hasta que podamos tener un muro y una seguridad adecuada, vamos a proteger nuestra frontera con el ejército. Es un gran paso", dijo el mandatario a periodistas. "No podemos permitir que la gente ingrese ilegalmente a nuestro país", añadió.
La iniciativa, que según dijo conversará "en breve" con el secretario de Defensa, James Mattis, es la última en la cruzada antiinmigración de Trump, cuya propuesta insigne de construir un muro en la frontera sur del país no recibió los fondos presupuestales que pedía.
Trump ya sugirió que los militares ayuden en la financiación y construcción del muro fronterizo, peroes la primera vez que propone que tropas estadounidenses patrullen la línea limítrofe de 3.200 kilómetros.
"Creo que es algo que tenemos que hacer", enfatizó luego en una rueda de prensa con los líderes de los países Bálticos.
Consultado por AFP, el Pentágono negó estar al corriente de un despliegue militar en la frontera sur del país, pero señaló que ya hubo operaciones así antes.
Los predecesores de Trump, Barack Obama en 2010 y George W. Bush entre 2006 y 2008, enviaron a la Guardia Nacional, un cuerpo de reserva del ejército, para patrullaje y control fronterizo.
Una ley norteamericana del siglo XIX prohíbe el despliegue de soldados en su propio territorio para fines civiles pero la Guardia Nacional sólo requiere el consentimiento del Estado donde será desplegada para asistencia y apoyo en la frontera.
El embajador de México en Estados Unidos, Gerónimo Gutiérrez dijo que solicitó "formalmente" a los departamentos de Estado y de Seguridad Interior "una aclaración" sobre los comentarios del presidente.
"Compartimos la idea de tener una frontera segura pero no siempre coincidimos en cómo alcanzar ese objetivo. En todo momento, México actuará, como es natural, a favor de sus intereses", declaró.
Trump dijo el martes que México, al que suele acusar de no hacer lo suficiente para detener el flujo de inmigración ilegal, había actuado para detener la caravana de migrantes a pedido suyo. Pero deploró la laxitud de las leyes estadounidenses para enfrentar el problema.
"La caravana me pone muy triste porque esto podría pasarle a Estados Unidos, donde hay miles de personas que simplemente deciden entrar a nuestro país y no tenemos leyes que puedan protegerlo", dijo.
Trump arremetió contra la caravana luego de que medios conservadores estadounidenses destacaran el tema en su cobertura el fin de semana pasado.
"Si llega a nuestra frontera, nuestras leyes son tan débiles y patéticas ... es como si no tuviéramos frontera", agregó el presidente, quien atacó a Obama por debilitar la seguridad fronteriza.
La caravana se realiza anualmente desde hace una década para visibilizar el calvario que sufren los migrantes en su paso por México.
Organizado por la ONG Pueblos sin Fronteras, el "Viacrucis Migrante 2018" partió el 25 de marzo del estado mexicano de Chiapas, fronterizo con Guatemala.
El 80% de sus integrantes son hondureños, el resto guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses que huyen de la violencia y la pobreza en sus países.
"La caravana sigue", dijo a AFP un miembro de la coordinación, bajo condición de anonimato.
"Hemos estado durmiendo en los parques... Solo tendemos algo ahí para sentirnos un poco cómodos y a dormir", contó Nixon Gómez, un migrante hondureño.
Más temprano, Trump escribió en Twitter que la ayuda de Estados Unidos a Honduras está "en juego" si la caravana no detiene su marcha.
"La gran Caravana de Personas de Honduras, que ahora cruza México y se dirige a nuestra frontera de 'Leyes débiles', mejor que se detenga antes de llegar allí. La gallina de los huevos de oro del TLCAN está en juego, al igual que la ayuda extranjera a Honduras y los países que permiten que esto suceda. ¡El Congreso DEBE ACTUAR AHORA!", dijo.
En su serie de tuits anti-inmigración del domingo y el lunes, Trump ya había amenazado con abandonar el TLCAN -el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá, actualmente en revisión a pedido suyo- y había exigido al Congreso estadounidense leyes migratorias más estrictas.
En el presupuesto aprobado finalmente en marzo, Trump solo consiguió 1.600 millones de dólares para el proyecto del muro, mucho menos de los 25.000 millones que había pedido.
Este financiamiento inicial alcanzaría para pagar 160 kilómetros del muro, y Trump propuso la semana pasada utilizar el presupuesto del Pentágono para construir el resto.