Imagínate vivir en una tubería de 5 metros de largo y 2,1 metros de diámetro. Esta nueva casa circular contiene lo indispensable para vivir: una cama plegable, una nevera, un microondas y un baño. Nadie ha dicho que vivir así sea vivir bien. Pero, en fin, es vivir bajo hormigón.
El estudio de arquitectura James Law Cybertecture, con sede en Hong Kong, ha ideado los denominados Opods como una posible solución al problema de vivienda de una de las ciudades más masificadas y con unos precios de alquiler más caros del mundo.
“Pensé: ¿no sería una gran idea utilizar estos tubos de agua de hormigón sobrantes para crear una vasta arquitectura micro y crear a partir de ahí una vivienda de bajo coste atractiva para los jóvenes de Hong Kong?”, explicó el arquitecto a la CNN. En poco más de un mes la idea ya estaba ejecutada.
Hong Kong tiene un problema con los precios astronómicos del alquiler, lo que obliga a muchos jóvenes a vivir en minúsculos cubículos. Ya se han hecho populares las denominadas “casas ataúd” en esta misma ciudad. Apartamentos subdivididos de forma ilegal que te obligan a vivir en 1,5 metros cuadrados en condiciones infrahumanas.
Estas casas-tuberías serían una extensión de “lujo” de este tipo de viviendas; así lo explica el propio despacho de arquitectos. “No podemos pagar más espacio, pero eso no significa que tengamos que vivir en un entorno sórdido e inhumano”.
En Hong Kong, el precio promedio de la propiedad por metro cuadrado se sitúa alrededor de los 1.592 dólares, una cifra que la mayoría de jóvenes no pueden asumir. Los nano-apartamentos de este tipo son muy comunes en la ciudad. Un apartamento de 17 metros cuadrados te puede llegar a costar del orden de 200.000 euros (5 732 556,73 pesos), mientras que el Opod, la tubería acondicionada como hogar inteligente, saldría a 15.000 euros (429 941 pesos).
A pesar de que el proyecto de momento es un prototipo que espera la aprobación de las autoridades, su simple propuesta como una solución "lujosa" a las casas ataúd sigue sin solucionar la precarización a la que tienen que hacer frente muchos jóvenes. Tampoco resuelve la burbuja inmobiliaria que sufren casi todas las grandes ciudades del mundo. Vivir en una tubería bien decorada puede parecer hasta exótico, pero sigue siendo un parche que intenta vender como acogedora la miseria.
Fuente: Play Ground.