A finales de verano en Estados Unidos, Manu Ginóbili, el mejor jugador de básquet argentino de todos los tiempos, tomó la decisión de retirarse poniendo el punto y final a una carrera plagada de éxitos como son sus cuatro anillos de la NBA, su Euroliga, su medalla de oro en Juegos Olímpicos o su oro en el FIBA Américas. El jugador se retiraba y nacía la leyenda a la que cualquier homenaje se le quedará pequeño.
Aún así, en la plaza de Saavedra, en Buenos Aires, han inaugurado una cancha con la espectacular silueta del escolta dibujada en el suelo y el propio Ginóbili dejó su firma al lado de su figura. Las imágenes no tienen desperdicio.