Zenón Pereyra, que lleva el nombre de su fundador, un empresario ganadero, integrante de la élite de la burguesía rosarina, en los últimos días volvió a tener trascendencia nacional luego de que el sitio web Rosario Paranormal, a través de sus redes sociales, lo convirtiera en viral a través del relato de su historia.
Don Zenón Pereyra era un reconocido masón que supo alcanzar el grado más alto dentro de la logia masónica: el 33, de allí la causa de las 33 calles del trazado original del pueblo.
En la publicación se destaca que cuando uno ingresa al pequeño pueblo de 1800 habitantes, lo primero que llama la atención es encontrarse con una arquitectura muy diferente a la de cualquier pueblo perdido del interior del país.
Sus calles tienen trazado y un gran sentido místico en su numeración; son 33 calles numeradas, que empiezan desde el número 3 y, claro, la 33 desemboca en la entrada de la administración de la colonia. La medalla masónica está presente en todas las construcciones.
El enigmático rosarino que llegó al más alto rango de la masonería
Zenon Pereyra (1842 – 1902) fue un masón del más alto grado, estuvo al frente de varias logias en Rosario. Un personaje muy importante a nivel económico, social y político que imagino un proyecto de ciudad muy atractivo para la época.
Bautizando con su propio nombre al pueblo que diagramó desde cero. Fundo juntó a Carlos Casado el Banco de la Provincia de Santa Fe. Fue también concejal de Rosario y propició la creación del Comité Rosario de la Cruz Roja Argentina.
Integró también la comisión promotora del Monumento a la Bandera que se erigió en septiembre de 1898.
Además fue presidente en diversas oportunidades del por entonces Club Fénix, hoy Jockey Club.
Integró los principales directorios comerciales y formó parte del primer Consejo Directivo del Banco de la Nación Argentina, Sucursal de Rosario.
Su tumba se encuentra en el cementerio el Salvador de Rosario y tiene un diseño muy particular, su impronta neo egipcia, tiene claras connotaciones masónicas.
El origen
La localidad no tiene una fecha de fundación determinada. En 1887 Pereyra compra estas tierras junto a Nicanor G. del Solar, Desiderio Rosas, Manuel Díaz y Marcos Paz.
Se entiende que los compradores formaban parte de la clase influyente de la burguesía rosarina y por eso contaban con la información necesaria para tomar la decisión de colonizar estas tierras sabiendo que luego serían atravesadas por tres líneas férreas.
Esta élite de la cual formaba parte Zenón Pereyra perseguía una ideología liberal y en su mayoría eran miembros de logias masónicas.
Se sabe que en esas épocas, puntualmente en la década de 1860, la masonería era una práctica común entre la clase alta y existían más lógicas masónicas que iglesias.
Simbología por todos lados
Los edificios poseen una simbología y una característica especial, un símbolo que se repite en todo el pueblo, no solo en las grandes edificaciones, una medalla masónica con tres líneas hacia abajo.
No hace falta buscar demasiado para encontrar simbología en todo el pueblo, lo que el simple ojo no avezado ve como simples adornos son una gran cantidad de símbolos masónicos desparramados por todo el pueblo: desde el diseño de rejas en forma de llamas (representando la espada flamígera que se usa en las iniciaciones); ventanas con la forma de la escuadra, el compás, la regla y en el centro el ojo de buey desde el punto de vista masónico el ojo que todo lo ve; columnas, trípticos (una puerta central con dos aberturas laterales típicos de las logias); hasta escudos de protección, lámparas de iluminación hasta el más mínimo detalle en este misterioso pueblo no ha sido librado al azar.
El informe concluye describiéndolo como un pueblo misterioso, con mucha historia y raíces poco habituales, sin dudas un lugar más para anotar en la lista de destinos misteriosos para recorrer en Santa Fe.
Fuente: La Voz de San Justo