Un disfraz de astronauta para ir al aeropuerto o uno de oso para salir a la calle. La súbita e ingente demanda de material de protección contra el coronavirus y la escasez de este, sumada a los temores de la gente, han hecho que los chinos saquen punta a su ingenio para tratar de protegerse de la epidemia.
En estas soluciones 'hechas en China' vale todo: una garrafa de agua de veinte litros convenientemente recortada para que haga de casco protector, el clásico chubasquero para impedir que posibles virus penetren hacia las prendas interiores o algunos trajes improvisados con bolsas de basura, a modo de mono protector.
Gorros de baño cubriendo el pelo de algunas mujeres o perros con la punta de las patas protegida con bolsas de plástico han pasado a ser escenas cotidianas en el Pekín de los tiempos del COVID-19, pero en el país asiático se dan escenas bastante más insólitas que las redes sociales se están encargando de difundir.
El pasado viernes, por ejemplo, una ciudadana disfrazada de jirafa fue a realizar unas gestiones a la Universidad Médica del Suroeste, en la provincia de Sichuán. En un vídeo se la ve acudiendo a una ventanilla, subiendo por unas escaleras mecánicas y dejando en su vehículo varios objetos, con la dificultad añadida del largo cuello del disfraz.
Otro ciudadano protagoniza otro vídeo viral en el que aparece protegido por un disfraz de tiranosaurio rex. El ciudadano-saurio sale de su vivienda para tirar la basura, se desplaza hasta una tienda para comprar varias botellas de agua y, una vez de vuelta a su hogar, desinfecta el disfraz con espray.
Las mismas escenas se repiten en otros lugares y con otros protagonistas "protegidos" por trajes de alienígena en su platillo espacial, de astronauta o de oso, este último, montado en una bicicleta de alquiler compartido.
Hasta de árbol de navidad, en un cómico vídeo en el que se puede ver a una ciudadana-abeto haciendo gimnasia en los aparatos instalados para tal fin en muchos parques chinos.
Asimismo se han empezado a colocar cajas de servilletas de papel en los ascensores para pulsar los botones protegiendo el dedo de posibles usuarios anteriores infectados.
O sistemas caseros para llamar al ascensor con los pies mediante un sencillo ingenio elaborado con listones de madera y evitar así el uso de las manos que, recomiendan las autoridades chinas, se han de lavar con extrema frecuencia como medida de prevención. (EFE)