Dos médicos fueron discriminados por sus vecinos en Venado Tuerto
Se encontraron con un cartel pegado en el ascensor que los instaba a irse del edificio. Agustín y Francisco compartieron el episodio en las redes y la historia se hizo viral. “Los mismos que te aplauden, ahora te quieren lejos”, sostuvieron
LUNES 06 DE ABRIL DE 2020
Cuando Agustín Haeffeli (27) y Francisco Szeifert (33) llegaron a su departamento de la calle Pellegrini 938, ubicado en el corazón de Venado Tuerto, subieron al ascensor y quedaron paralizados.
Este jueves, tras haber trabajado todo el día en el Hospital Gutiérrez, donde realizan su residencia en cirugía, encontraron en el espejo, sobre una hoja blanca y con letra imprenta, un cartel que advertía: “Si sos médico, enfermero, farmacéutico y/o trabajás en salud: ¡¡¡Andate!!! Nos vas a contagiar a todos” . Rápidamente, Agustín sacó su celular, tomó una fotografía y publicó la imagen en su cuenta de Facebook. " Los mismos que te aplauden , ahora te quieren lejos”, escribió el joven con una mezcla de indignación y profunda tristeza . El posteo se viralizó en pocos minutos. Hasta el momento fue compartido más de 13 mil veces y sumó más de 630 comentarios.
Agustín Haeffeli dio algunas precisiones sobre la situación. “ La verdad es que desanima bastante leer algo así . Lo publiqué en Facebook para hacer un poco de ruido, no solo entre la comunidad médica, sino también entre los ciudadanos: hoy más que nunca tenemos que estar unidos ”, explicó el joven de 27 años y admitió que nunca pensó que su posteo iba a tener tanta repercusión.
Agustín y Francisco viven en el edificio de la calle Pelligrini hace casi cuatro años. Si bien no saben quién puede haber escrito el cartel, suponen que podría tratarse de algún adulto mayor con miedo a contraer coronavirus, pero es una simple especulación. Hasta el momento nadie se animó a dar la cara. Los que sí se animaron a hacerlo fueron los que, como ellos, se mostraron en desacuerdo con el cartel. “A los médicos los queremos acá y apoyamos. Andate vos ”, escribieron otros vecinos, en una hoja A4 que también dejaron en el ascensor.
Si bien son residentes de cirugía, actualmente Agustín Haeffeli y Francisco Szeifert están cubriendo las guardias en el Hospital Gutiérrez donde, permanentemente, llegan pacientes sospechados de tener coronavirus. “ A muchos les hacemos hisopados que después mandamos al Instituto Malbrán ”, contó Agustín a este medio.
Respecto a las medidas de seguridad que adoptaron para trabajar, Agustín explica que el hospital está dividido en dos zonas: una sin COVID-19 y otra con. Para moverse en esta última, relata, usan doble o triple guante de látex y un camisolín impermeable. Además de anteojos, barbijo N95 (exclusivo para el personal de salud) y una máscara protectora encima . “Los relojes y las cadenitas de metal nos los sacamos junto con nuestra ropa antes de entrar al hospital en un lugar específico. Al salir, guardamos el ambo en una bolsa y volvemos a cambiarnos en ese recinto”, repasa. Agustín hace una pausa y agrega: “Somos los que más al tanto estamos acerca de las medidas de protección porque tenemos que tomarlas a diario. Por otro lado, si nosotros no nos exponemos ¿quién lo va a hacer? ”
No es la primera vez que un médico o personal de salud es amenazado en su propia vivienda. El jueves 2 de abril, pero en el barrio porteño de Belgrano, una joven profesional de un hospital de Vicente López recibió un mensaje firmado por sus vecinos apenas un día después de haberse mudado a su nuevo departamento.
“SE LA INTIMA A EVITAR EL TRÁNSITO Y PERMANENCIA EN ZONAS COMUNES así como tocar elementos tales como picaportes, barandas de escalera, acceder a la terraza y demás elementos que ATENTO A LA GRAVEDAD DE LA PANDEMIA PONGAN EN RIESGO A QUIENES HABITAN EL EDIFICIO”, reza el primer párrafo de la intimidante carta que le hicieron llegar.
El caso desnudó así un problema cada vez más grande que atraviesan los médicos de diferentes partes del país. Tan sólo salir a la calle pareció convertirse en una suerte de llamado al “escrache”. Mientras se los rotula como héroes y se los ovaciona desde los balcones cada noche a las 21, los profesionales de la salud parecen haber encontrado otro enemigo en el medio de la crisis por la pandemia del coronavirus: el prejuicio y el rechazo de sus propios vecinos.