Hay quienes piensan que el colonialismo solo pertenece a los libros de historia y que es apenas un hecho del pasado, de siglos muy lejanos. Se equivocan. No solo porque todavía hay enclaves coloniales en diferentes puntos del planeta; sus consecuencias se sienten hasta el día de hoy. Por ende, son parte del presente; también en América Latina y el Caribe.
En el Caribe esta más que latente porque allí viven quienes descienden del tráfico de esclavas y esclavos que los traficantes británicos trajeron a la fuerza desde el continente africano.
El actual viaje al Caribe de la pareja real británica conformada por el principe William y la duquesa Kate muestra a las claras lo que representa la historia colonial. La pareja decidió visitar Belice, Jamaica y las Bahamas, tres países del llamado Commonwealth, la comunidad de naciones que mantiene su vínculo con la corona británica por haber sido, justamente, colonias británicas. Como si les importara poco y nada lo que sienten en el Caribe eligieron la fecha de la gira para celebrar el Jubileo de Platino de la reina Elizabeth II que accedió al trono en 1952, hace 70 años.
Las recepciones oficiales que les brindan a los miembros de la corona británica suelen destacarse por el glamour y la cordialidad. Pero seguramente William y Kate no esperaban protestas en los tres países y que les recordaran lo terrible que fue el colonialismo británico, y la esclavitud a la que sometieron a millones de personas.
En Belice tuvieron que cancelar una visita a una plantación de cacao y en su llegada a Jamaica les presentaron una lista con 60 razones para pedir perdón por la esclavitud y comenzar un proceso de reparación. Por otra parte, más de 100 personalidades jamaiquinas firmaron una carta abierta al príncipe para recordarle que ellos no tenían nada que festejar por la llegada de la reina al trono en 1952. Además, les recordaron que sus antepasados habían perpetrado la peor violación de los derechos humanos en la historia de la humanidad y que ella no había hecho nada contra el trato inhumano del legado de esclavitud en las plantaciones. En la carta resaltan que en unos meses Jamaica va a celebrar los “60 años de liberación de la dominación colonial británica” y reivindican a los “combatientes por la libertad que lucharon con bravura contra la tiránica dominación británica y sus abominables abusos de los derechos humanos”. Vale la pena recordar que las actuales protestas se dan el el marco de las demandas que hace varios años los gobiernos del Caribe le hacen al Reino Unido para que pague con una reparación por el daño causado durante siglos e incluso Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, lo planteó en la Asamblea General de las Naciones Unidos.
En febrero de este año, en la catedral St Michael de Barbados, David Comissiong, embajador de ese país ante el CARICOM, recordó que en el siglo XIX el gobierno británico fue tan perverso que calculó el dinero que los esclavistas perdían por abolir la esclavitud en algunas regiones, sin interesarse siquiera en las personas que sufrían la esclavitud. Tampoco se lamentaron por los pueblos enteros destruidos en Africa por el colonialismo europeo, ni en los millones asesinados, torturados, violados y usados como mano de obra esclava. Es más, Comissiong sostiene que los primeros campos de concentración no fueron los implementados por los nazis sino por los británicos en Barbados y Jamaica ya en el 1600.
Los países del CARICOM le piden a la corona británica una serie de reparaciones por los crímenes cometidos en el Caribe. Pero lo primero que reclaman es una disculpa pública. Dificilmente la corona británica pida perdón. Su soberbia imperial sigue en pie.