El alza volcánica de los precios internacionales por la guerra de Ucrania y sus brutales consecuencias inflacionarias reinstaló en el centro del debate la política hacia el sector agropecuario en la Argentina. Aquí, además, se padece una inercia en ese aspecto desde hace 4 años que, en este contexto, tiene efectos letales en la mesa de los segmentos menos adinerados de la sociedad.

Las retenciones a las exportaciones de los productos primarios del campo aparece como un instrumento técnicamente aceptado por el conjunto del Frente de Todos, pero mayormente clausurado desde el punto de vista político por el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía Martín Guzmán, tras la traumática experiencia de 2008 por la recordada resolución 125.

Resulta interesante, en esta coyuntura, revisar el aporte fiscal del sector. No ya a nivel nacional, que está largamente analizado y debatido, sino a escala provincial. En Santa Fe, especialmente, donde ese segmento tiene un peso social y político difícil de exagerar.

En primer lugar, conviene aclarar que en nuestra provincia, la producción primaria no paga otro tributo más que el Impuesto Inmobiliario. Es decir, la venta del grano, el cereal o lo que fuere sin procesamiento alguno está exenta de Ingresos Brutos. 

Así las cosas, si se observa el desagregado de la recaudación de la Administración Provincial de Impuestos (API), que en 2021 captó globalmente $ 175.340.646.098,01, el Inmobiliario contribuyó con $ 13.712.871.060,07. De ese total, un 65% provino del Urbano y un 35% del Rural. O sea que el campo, en su sentido más estricto, aportó $ 4.799.504.871,02. Un 2,73% de todo lo recaudado, menos de 3 pesos de cada 100.

Hay otro cálculo posible, y tal vez, más revelador. El presupuesto 2022, aprobado recientemente no sin duros tironeos en la Legislatura, establece un gasto total de $ 850.445.400.000. A la vez, prevé una recaudación por Impuesto Inmobiliario de $ 21.664.007.000. Si el Rural participa en un 35%, eso supone una cifra de $ 7.582.402.450. Pasando en limpio: el campo aporta en tributos provinciales un 0,89% para el funcionamiento del Estado santafesino. 89 centavos de cada 100 pesos.

Como se puede advertir, los dichos sobre la excesiva presión fiscal sobre el sector agropecuario deben ser matizados con la realidad fría de los números.