— Por Juan José Storti
Este 24 de marzo se cumplen 47 años del último golpe de Estado que instauró una dictadura cívico militar hasta 1983, proceso en el cual se ejecutó lo que se conoce como terrorismo de estado.
Pero, ¿qué fue el terrorismo de Estado?
La definición más sencilla dice que el Terrorismo de Estado es la utilización de métodos ilegítimos por parte de un Gobierno, orientados a producir terror en la población para alcanzar determinados objetivos o fomentar comportamientos que no se producirían en un contexto de paz social.
En el caso argentino, imponer un determinado modelo económico y político que era severamente cuestionado y enfrentado por un vasto sector de la población.
En números
Se estima que entre durante la última dictadura cívico-militar unas 30.000 personas fueron detenidas ilegalmente por las fuerzas armadas del Estado (Ejército, Armada, Fuerza Aérea) con apoyo de las fuerzas de seguridad.
De estas 30.000 personas, la mayoría aún continúan desaparecidas.
¿De dónde se desprende la cifra?
Hay diversas fuentes: La Conadep (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) pudo verificar casi 9.000 desapariciones; pero cómo la represión era ilegal y el Estado utilizaba las herramientas del propio Estado para borrar pruebas, informes clasificados (secretos) que se fueron revelando durante los procesos judiciales reconocen que para el 1978 había unas 22.000 personas desaparecidas.
Uno de ellos pertenece Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad de Georgetown, Washington, EEUU; pertenecen al Ejército a partir de la información proporcionada por un militar chileno que ofició de espía (Arancibia Clavel). Informante del Gobierno chileno en Buenos Aires.
Esto está publicado incluso en el diario La Nación. Y las estimaciones se hacen en base a ese número, y se lo proyecta hasta el fin de la dictadura en 1983.
Centros clandestinos
Se calcula que en el país operaron unos 800 Centros Clandestinos de Detención por donde pasaron las 30.000 personas detenidas/desparecidas.
https://www.argentina.gob.ar/derechoshumanos/sitiosdememoria/centrosclandestinos
En la ciudad de Santa Fe funcionaron 16 lugares reclusión ilegal: en el norte la Comisaría Octava, la Novena, la Comisaría número 11.
En el centro la Brigada de Investigaciones D2, la Comisaría Primera, la Tercera y la Comisaría Cuarta, también la Jefatura de Policía y la delegación de la Policía Federal.
En el sur funcionó la Comisaría Segunda, la Cárcel de Mujeres, y la exsede de la Unión de Docentes Argentinos, a metros de la Casa de Gobierno, entre otras.
En la actualidad están sindicados o funcionan como Espacios de la Memoria.
Deuda
Durante la dictadura la deuda externa se quintuplicó, al pasar de poco más de 8 mil millones de dólares a 45 mil millones de dólares.
Condenas y procesamientos
Los juicios por delitos de lesa humanidad a miembros de las fuerzas y a civiles se reanudaron en 2006, tras el fallo Simón, en el que la Corte Suprema anuló las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
Desde entonces se dictaron más de 1000 condenas y más de 160 absoluciones. Casi 1000 también fueron los imputados que fallecieron esperando una sentencia.
Hay más de 500 procesados actualmente por delitos de lesa humanidad; y un poco más de 600 imputados.
Detenidos
El último dato de detenidos por delitos de lesa humanidad se conoció en 2021 y derriba el mito la “persecución” a los militares que se quiere instalar desde algunos sectores: 3 de cada 4 detenidos por estas causas accedieron al beneficio de la prisión domiciliaria.
Es decir que hay casi 600 presos en sus casas sobre un total de 764 detenidos. Lo que significa que es mucho menor el número de presos en cárceles comunes del que se cree: solo 185.
Víctimas por sectores sociales
Se estima que el 30 por ciento de los desaparecidos eran obreros sindicalizados; el 21 por ciento eran estudiantes, casi el 18% eran empleados; casi el 11% eran profesionales.
Nietas y nietos
También se calcula que nacieron en cautiverio cerca de 500 niños y niñas, que fueron separadas de sus familias y apropiadas de manera ilegal.
Gracias al trabajo de Abuelas de Plaza de Mayo y otros organismos como el Banco Nacional de Datos Genéticos se pudieron restituir 132 identidades.
Una Historia
La de José Roberto Maulín Pratto de la ciudad de Reconquista.
Hijo de Rubén Maulín, quien estuvo detenido ilegalmente en varios centros clandestinos, entre ellos la Tercera Brigada Aérea de Reconquista; y de Luisa Beatríz Pratto, que no estuvo detenida, pero fue perseguida en su domicilio por miembros de la fuerza; y obligada a parir en un sanatorio privado que fue cerrado por los militares.
Fue allí donde se robaron a José Roberto.
Él siguió viviendo en Reconquista con la familia apropiadora, hasta que de a poco fue descubriendo la verdad: que no era hijo de la mujer que lo había criado.
La clave llegó a través de la radio. José Luis un día oyó la voz de Luisa a través de la radio, y sin saber todavía que era su madre biológica hubo esa voz en la radio le removió algo dentro que lo llevó a averiguar sobre su identidad.
En enero de 2009 se contactó con Luisa y junto con Rubén se presentaron en la Justicia. Y en mayo de ese año pudo finalmente confirmar que era hijo de Luisa Beatriz Pratto y Rubén Maulín.
El caso llegó a Abuelas en 2015 ya que no figuraba entre las denuncias de desapariciones, porque tanto Luisa como Rubén afortunadamente no fueron desaparecidos.
Y finalmente, a fines de este 2022 este ciudadano reconquístense pudo obtener su partida de nacimiento con su verdadero nombre: José Roberto Maulín Pratto, el nieto recuperado número 120.
En el cine
“La noche de los lápices”, de Héctor Olivera, que cuenta la historia de diez estudiantes del UES (Unión de Estudiantes Secundarios) que fueron secuestrados y torturados el 16 de septiembre de 1976 en la ciudad de La Plata.
Seis de los cuales aún continúan desaparecidos.
En canciones
Greenlover de Lisandro Aristimuño, del disco Las Crónicas del Viento del año 2009.
El informe