En Argentina existen aproximadamente 15.000 escuelas que se encuentran en espacios rurales, casi todas ellas linderas con campos donde la producción es fumigada con agrotóxicos.
Gran parte de las y los estudiantes, junto con el personal docente y no docente de estos establecimientos denuncian constantemente que se encuentran en contacto con productos químicos altos en toxicidad durante su poco controlada aplicación.
Según el último relevamiento que se realizó en noviembre de 2018, y fue presentado en el primer "Encuentro Regional de Pueblos y Escuelas Fumigadas", se estima que cerca de 700 mil niños y niñas conviven con el modelo transgénico-fumigador.
Mientras que, las provincias más afectadas por este modelo son Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe.
En las últimas semanas se conoció que la Cámara en lo Contencioso Administrativo N° 2 de Concepción del Uruguay declaró la inconstitucionalidad de los artículos de una ordenanza del Concejo Deliberante de Gualeguaychú que prohibió en 2018 el uso, aplicación, expendio, almacenamiento, transporte, comercialización y venta de productos a base de glifosato dentro de su jurisdicción.
Dentro de las argumentaciones, los jueces Mariano Alberto López, Federico José Lacava y María Fernanda Erramuspe determinaron que dicha prohibición excedía los límites impuestos por la normativa provincial y nacional, considerando que no se presentó suficiente evidencia científica sobre los supuestos impactos negativos del glifosato en el territorio específico de Gualeguaychú.
En diálogo con LT9, Estela Lemes, directora de la escuela rural "Bartolito Mitre" de Costa Uruguay Sur, Gualeguaychú, Provincia de Entre Ríos se refirió a esta compleja problemática que lamentablemente vuelve a ingresar en un proceso de invisibilización.
El cuerpo de Estela es la evidencia viva de las consecuencias del modelo del agronegocio, ya que actualmente padece una enfermedad causada por las constantes fumigaciones con agrotóxicos que caen sobre la escuela en la que trabaja.
"Es una noticia que me puso y me pone muy triste, porque es tirar por la borda mucho tiempo de lucha y de investigaciones que se hicieron desde la municipalidad, no fue una cosa de un día para el otro sancionar la prohibición del glifosato, y enterarme de esto fue un dolor muy grande" comentó Estela en lo que refiere a la declaración de inconstitucionalidad.
Seguidamente, y "por el bien de todos", manifestó su deseo de que la municipalidad de Gualeguaychú apele esta medida.
Consultada sobre una posible acción de lucha desde los espacios ambientalistas en pos de visibilizar y denunciar esta situación, Lemes indicó que hasta el momento no lo determinan, pero adelantó que desde la organización Basta es Basta realizarán un encuentro para determinar qué pasos seguir, "El Basta es el puntal de la lucha contra toda contaminación del ambiente" remarcó.
Las fumigaciones linderas a la escuela donde Estela se desempeña como directora provocaron múltiples consecuencias en su cuerpo, "hace 23 años que soy directora de la escuela 66, hoy estoy a punto de jubilarme. Fue una escuela fumigada durante mucho tiempo e hicimos muchas denuncias, denuncias que no eran escuchadas, hasta que en 2012 me tocó muy de cerca porque era en horario de clases y yo me acerqué al aplicador para pedirle que deje de hacerlo y ahí fue que el veneno cayó sobre mi cuerpo". Desde ese momento Estela comenzó a sufrir las consecuencias del glifosato, y pese a llevar una vida prácticamente "normal", cada tanto debe realizarse tratamientos de recuperación muscular y su calidad de vida está sujeta a la toma de medicamentos.