La Basílica de San Marco, uno de los íconos de Venecia, resultó gravemente dañada durante las inundaciones de los últimos días. La marea, considerada la más alta en 50 años, alcanzó una altura de 1,87 metros y afectó varios monumentos históricos y otras estructuras. Por este motivo, y para reparar los destrozos causados por el inusual fenómeno en todo el territorio, las autoridades italianas declararon el estado de emergencia.
De acuerdo con funcionarios y sacerdotes de San Marco, la histórica catedral fue castigada el pasado martes por un gran torrente de agua que llegó hasta la cripta, la zona más delicada de la estructura, donde entró en contacto con las antiguas columnas que la sostienen.
A pesar de que el monumento se mantuvo en pie, los especialistas creen que el daño que soportó podría causar el colapso de los cimientos. Al respecto, Carlos Alberto Tesserin, el hombre a cargo de su cuidado, sostuvo: "La basílica envejece 20 años durante cada una de esta mareas, pero esta vez envejeció mucho más".
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, describió las inundaciones como "un golpe al corazón del país", declaró el estado de emergencia y anunció medidas para emprender la reconstrucción de la ciudad.
Conte pasó la noche del miércoles en Venecia, donde las inundaciones dañaron monumentos mundialmente famosos, viviendas y negocios. El día anterior, el agua había alcanzado los 1,87 metros sobre el nivel del mar, la segunda altura más elevada en la historia de la ciudad.
En declaraciones a medios locales, el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, estimó que las pérdidas ascienden a "cientos de millones de euros''.
"Venecia está de rodillas'', escribió el funcionario en su cuenta de Twitter, y agregó: "La Basílica de San Marcos sufrió serios daños, al igual que toda la ciudad y sus islas''.
Las autoridades también reportaron daños en la galería de arte moderno Ca' Pesaro, donde un cortocircuito generó un incendio. En el teatro La Fenice, las autoridades optaron por cortar la electricidad como medida de precaución después de que la sala de control quedara inundada.
Además, producto de las inundaciones se confirmó la muerte de una persona de 70 años, electrocutada en la Isla de Pellestrina.