Que decir de nuestras leonas. Hazaña, consagración, resultado lógico, etc. Es mucho más que eso. No podemos eludir el marco donde tuvieron que entrenarse durante el último año y medio.

Pandemia, aparición repentina de una enfermedad que afecta a gran parte de la población. Definición esquiva y letal. Atenta contra cualquier proceso deportivo, pero este virus maldito no contaba que hay un grupo (como muchos otros) que ante la adversidad se hizo fuerte. No le importo la cantidad de obstáculos que se les presentaron, no utilizaron la excusa de la prohibición como escudo ante una posibilidad del fracaso, todo lo contrario, se fortalecieron juntas y llegaron a TOKIO 2020 siendo unos de los candidatas, por su calidad y su historia.

Comienzos con dudas, 0 – 3 vs Nueva Zelanda, llovieron las críticas hacia jugadoras y cuerpo técnico, los despedazaron por no llevar tal o cual jugadora, hablaban de ciclo cumplido, pero ellas esperaron. No estaban dispuestas a dejar pasar la oportunidad.

El desarrollo de la zona tuvo sus tropiezos y alegrías pero se logró el objetivo de clasificar a semis y la chance de pelear por un podio. Enfrente esta la poderosa Alemania. Otro de los equipos con galardones olímpicos y un rival de altísimo nivel. Y ellas dijeron presente. Una actuación sobresaliente. No dejaron dudas. 3 – 0 que las llevo al podio y a la medalla.

Los detractores tuvieron que ocultarse ante tanta algarabía. Apelaban al adjetivo suerte para definir esta hermosa realidad que era jugar una final….. una más.

Este último escalón era ante las imbatibles holandesas. Un lapso de 10 minutos de desconcentración nos llevó a una presea plateada que es más que un triunfo.

Queda para el análisis que quedo en este proceso. Las históricas Succi, Sanchez Moccia, Merino, Granatto y Albertario. De ellas más no se podía esperar. Fueron el soporte desde la calidad y experiencia para el futuro deportivo de este equipo.

Y estuvieron las debutantes, las que recibieron su bautismo olímpico, las que en su primera vez ya disfrutaron el placer de una final. Gorzelany, Raposo, Costa Biondi, Sauze, Alonso, Trinchinetti, Retegui, Toccalino, Jankunas y Victoria Granatto.

Futuro, futuro y más futuro sin olvidar a las reservas por posibles casos de coronavirus como Maccari, Forcherio, Barbieri y las que no pudieron participar como Dichiara, Cerundolo y Cosentino.

Muchas de estas titanes estarán en la próxima cita olímpica. Se trabajó pensando en eso, en el futuro. Nadie puede discutir los objetivos y es un mensaje para aquellas que por cuestiones personales dijeron NO a semejante torneo. Nunca se debe negar a participar vistiendo la celeste y blanca. Está por encima de cualquier situación personal. Pero ellas se lo perdieron.

Salud leonas, nos dejaron un legado de sacrificio y trabajo que marca el espíritu deportivo argentino.