Este 23 de septiembre se cumplen 28 años del "robo del siglo" perpetrado por Mario César Fedrich en la sede santafesina del Banco Nación, del que era empleado, ubicada en San Martín y Tucumán, pleno centro de la ciudad capital.
A casi tres décadas del reconocido hecho, el abogado defensor de Fendrich, Antonio Ciaurro, compartió sus recuerdos de aquellos días agitados, en dialogó con Germán Dellamónica por LT9.
"Recuerdo la gran amargura y sufrimiento que veía en Mario. Con el tiempo nos hicimos amigos, era una persona muy bohemia y afable. Pese a lo que hizo, era una buena persona", sostuvo el letrado que representó a Fendrich una vez que este decidió entregarse a la justicia, tras permanecer más de 100 días prófugo.
Sobre este punto, Ciaurro aseguró que el exbancario fallecido en 2018, Fendrich no había abandonado no había abandonado el país, como se dijo en un momento, sino que se refugió en Funes.
"Él estuvo siempre en una quinta de Funes. Lo tuvieron retenido los consortes del tema", hasta que se entregó el 9 de enero de 1995, un día después de la muerte de Carlos Monzón. "No fue estrategia, una buena estrategia hubiera sido que no desapareciera, que se presentara a trabajar al lunes siguiente. El delito hubiese sido otro. Pero prefirieron sacarlo y sacarle todo lo que le tenían que sacar", sostuvo.
Y agregó: "No había prueba de que había sido él. Cuando tomamos el caso ya lo había representado un equipo de abogados de Rosario. El dinero no apareció nunca, tanto es así que Mario hasta antes de morir estuvo embargado por el Banco Nación para ver si podían recuperar algo del dinero".
El motín fue 3.200.000 de pesos (o de dólares por la vigencia de la Ley de Convertibilidad) y 187.000 dólares, tal como el mismo Fendrich dejó asentado en un memo, al salir del banco el 23 de septiembre de 1994.
"Fue uno de los robos más importantes del mundo. Él me contó que en un momento lo llamaron de Río de Janeiro. Era un hombre que había participado de un robo famoso mundialmente, el robo del tren-correo de Londres. Era un hombre que se había profugado. Lo llamó para felicitarlo porque Mario había hecho el robo de una sola persona, sin tirar un solo tiro, por un monto de más de 3.000.000", recordó el abogado.
Otra de las anécdotas recordadas por el defensor, fueron los aplausos que le dedicaba la gente a Frendrich cada vez que lo reconocía en algún lugar público: "He vivido eso cuando salió de tribunales, cuando salió de la cárcel. Lo aplaudía todo el mundo".
Consultado por el rol del por entonces tesorero de la entidad crediticia, Juan José Sagardía, expresó: "No tiene absolutamente nada que ver, y no lo conozco personalmente. Nunca tuvo nada que ver con este tema. La gente habla pavadas. Era un superior jerárquico pero no tuvo nada que ver con el tema".
Por último, Ciaurro aseguró que Frendrich actuó amenazado de muerte: "Todo empezó con una broma, hasta que un día le dijeron que tenía que hacerlo sí o sí porque estaba en juego su familia. Él no abrió ninguna caja, dejó la llave del Tesoro, dejó un mensaje, como dando a entender que había sido presionado para cometer el hecho. Tal es así que a las pocas cuadras de salir del blanco, lo interceptan en la autopista, le quitan la plata y lo esconden".
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