¿Cuándo encontraremos un planeta como la Tierra? La pregunta que hace dos décadas alimentaba las historias de ciencia ficción, tarde o temprano terminará por ser contestada de la mano de instrumentos tan precisos y potentes como Espresso, un espectrógrafo instalado al otro lado de la cordillera de los Andes que podrá detectar la presencia de cuerpos celestes orbitando estrellas más allá del Sistema Solar.
"Hará un gran aporte en la búsqueda, identificación y caracterización de exoplanetas ubicados en las zonas habitables alrededor de las estrellas. Ofrece todas las posibilidades para hallar una nueva Tierra", afirma de modo contundente la doctora en Astrofísica española María Rosa Zapatero Osorio, una de los 16 miembros del equipo científico de Espresso, a ámbito.com.
El espectrógrafo, un aparato que puede separar y "leer" el espectro de una señal luminosa, es producto de la colaboración entre el Observatorio Austral Europeo (ESO) y un conjunto de institutos astronómicos y universidades de Suiza, España, Italia y Portugal. Fue instalado en el Observatorio Paranal, en el desierto chileno de Atacama, la meca de la observación astronómica por sus condiciones ideales de baja humedad y escasa contaminación lumínica.
Su trabajo se desarrolla en complicidad con el Very Large Telescope (VLT), un sistema de cuatro telescopios con capacidad para percibir, cada uno de ellos, objetos cuatro mil millones de veces más débiles que el límite necesario para el ojo humano.
Hace solo unos días Espresso cumplió un sueño gestado en los años ´80, cuando el VLT fue concebido: pudo utilizar por primera vez la luz combinada de los cuatro telescopios. Al funcionar de esa manera, forma un enorme lente óptico virtual que conduce la luz hasta el espectrógrafo a través de un complejo sistema de espejos y prismas. Allí la luz es fraccionada, como ocurre en el arco iris, con la diferencia de que los planetas y galaxias emiten energía en forma de ondas de luz pero también ondas infrarrojas, ultravioletas y rayos-X.
Luego, como los científicos saben que los colores o longitudes de onda cambian cuando la fuente de luz se acerca o aleja de la Tierra, pueden calcular su velocidad y conocer su composición. "Es la técnica de medición de velocidad radial, que puede analizar el movimiento de un planeta alrededor de su estrella madre; Espresso lo hará con una precisión mucho mayor que los actuales instrumentos", detalla la investigadora.
Su mayor resolución, capaz de reaccionar ante los pequeños cambios, hará posible "capturar"cuerpos celestes tan ligeros que jamás han podido ser vistos.
• La punta del iceberg
Hasta la fecha se han hallado más de 3.500 exoplanetas desde observatorios en distintas partes del mundo, pero se estima que pueden haber miles de millones más esperando en la Vía Láctea. ¿Cuántos de ellos serán hermanos de nuestra querida Tierra, con suelos rocosos bañados por agua líquida y una atmósfera respirable?
Zapatero Osorio considera que "los exoplanetas son en la actualidad uno de los grandes temas de la investigación porque recién llevamos 20 años trabajando en este campo, es algo muy reciente. Todavía hay mucho que investigar y comprender. Pero sabemos que son muy abundantes y que cada estrella podría contener varios de ellos, lo que significa que hasta ahora solo conocemos la punta del iceberg".
Los espectrógrafos de última generación son costosos de construir y perfeccionarlos lleva tiempo, de allí que participen distintos países en proyectos asociados, lo que facilita reunir los millones de euros necesarios y acortar los plazos. "Cuanto más se tarda en terminarlos, menos tiempo se tiene para hacer ciencia. Finalmente, hay que llegar a un acuerdo entre costo económico, escala de tiempo e interés científico", agrega. El punto a favor es que al ser un instrumento de tierra podrá tener una larga vida, incluso de décadas, a diferencia de los espaciales, que dependen de la duración de los sistemas de líquidos refrigerantes y las baterías.
Si Espresso puede marcar un antes y un después en la búsqueda de vida extraterrestre, ¿cómo abstraerse ante tamaña expectativa sin dejar de lado temas menos atractivos pero también fundamentales? La astrónoma española asume el tema con un sentimiento "bicéfalo".
"Mi cabeza puramente científica me dice que no hay diferencia entre un planeta similar al nuestro y Júpiter. Son igual de relevantes si el objetivo es entender cómo se forman los sistemas planetarios y qué mecanismo dan paso a la existencia de universos tan ricos y variados. En nuestro propio Sistema Solar... ¿por qué planetas nacidos de la misma materia prima son a la vez tan diferentes entre sí? Estas son las preguntas que tenemos los científicos, y para responderlas debemos conocer todo el zoo planetario y su diversidad, no solo los universos similares al nuestro, porque de otra manera el conocimiento quedará incompleto", explica.
"Pero por otro lado- concluye- mi otra cabeza como ser humano tiene interés en saber si estamos solos en el universo, cuál es la posibilidad de que exista un planeta similar al nuestro, con una evolución parecida y posibilidad de albergar vida cómo la conocemos. El impacto mediático de anunciar el hallazgo de 'otro Marte' en una estrella fuera del Sistema Solar no es el mismo que encontrar 'otra Tierra' con oxígeno, mares, árboles y continentes. Aunque son igual de relevantes desde el análisis puramente científico, desde el punto de vista psicológico y social es muy distinto".
Fuente: Ámbito.com