Colón logró ante Racing una de esas victorias que marcan la idoneidad de un equipo en la circunstancia decisiva.
Y lo hizo jugando el mejor partido del torneo y ante un rival que está sin lugar a dudas entre los tres mejores conjuntos de la Superliga. Y hay que agregar que fue de visitante.
El sabalero puso sobre el campo de juego todo lo que le había faltado en compromisos anteriores y que habían puesto en duda su clasificación. Lo que hubiese sido un fracaso, según los dichos del mismísimo presidente Vignatti.
Ante la "Academia" Colón mostró su mejor cara en base a actuaciones individuales de buen nivel y que hicieron a un trabajo en equipo.
Las condiciones técnicas de jugadores que venían con una gran deuda futbolística, aparecieron en este partido y estuvieron al servicio de un gran resultado que lo catapultó nuevamente al plano internacional.
Los rojinegros dieron vuelta en el último round una historia que venía complicada. Y lo hicieron aplicando un golpe muy fuerte.
Ahora se presenta un panorama más claro pero también le cabe a Colón pensar en superaciones más amplias.
Los dirigentes deben tener en cuenta que la salvación llegó sobre el final y cuando las chances eran efímeras. Para el pueblo sabalero el disfrute es especial. Y ellos lo tienen merecido.