En el mes de marzo próximo pasado, se presentó en la Cámara de diputados de la Nación el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) redactado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Seguro, Legal y Gratuito. Previo a entrar en las consideraciones del proyecto, quiero detenerme en las tres palabras que la Campaña se encarga de resaltar:
El proyecto presentado en el Congreso, y que cuenta con la firma de la mayoría de diputados, de aprobarse como fue presentado, no solamente permitiría que una mujer pueda solicitar un aborto hasta la semana 14 de gestación (casi 5 meses), sino que también lo pueda solicitar en cualquier momento de la gestación por algunos de estos supuestos:
1. Si el embarazo fuera producto de una violación, con el sólo requerimiento y la declaración jurada de la persona ante el profesional de salud interviniente.
2.Si estuviera en riesgo la vida o la salud física, psíquica o social de la mujer, considerada en los términos de salud integral como derecho humano.
3. Si existieren malformaciones fetales graves
Es decir, que bajo los supuestos de cualquiera de estas situaciones, el aborto puede ser realizado hasta el mismo día de la fecha probable de parto, con la sola expresión que a raíz de ese embarazo (punto 2) se le han presentado distintas situaciones de orden psicológicas (angustia, tristeza) o por que ha cambiado su situación económica que la llevaron a que cambie su calidad de vida y su situación social.
Al no determinarse concretamente en el punto 3 cuales son las malformaciones fetales graves, los mayores afectados por esta situación van a ser los niños con Síndrome de Down. En Islandia casi el 100% de bebes con ese diagnostico son abortados, en Dinamarca el 98%, en España el 95%, y así se van extendiendo por casi la mayoría de los países de Europa.
En febrero de 2018 ASDRA (Asociación. Síndrome de Dow de la República Argentina) emitió un comunicado expresando "…queremos dejar muy en claro nuestro total y absoluto repudio a esta actitud de los profesionales de la salud que, sin ningún escrúpulo, sugieren a los padres que interrumpan sus embarazos en una actitud lisa y llanamente discriminatoria. Ningún bebé con síndrome de Down puede ser descartado a causa de su condición…"
Además este proyecto permite que una menor de 13 años, sin autorización y con total desconocimiento de sus padres, pueda concurrir a un centro de salud a solicitar se le practique un aborto, determinando que el mismo debe ser realizado en un plazo máximo de 5 días.
La mujer ante un embarazo no esperado, es común y normal que entre en crisis, conflicto, angustia, desesperación. La experiencia en acompañar a mujeres en esta situación de crisis o conflicto, me llevan a afirmar, sin ningún lugar a dudas, que la gran mayoría no quiere que su situación se solucione a través de un aborto. En lo más profundo de su corazón y de su ser, quieren que alguien las escuche, las contenga, que les ofrezcan otras opciones, que la haga sentir que es importante, que ella, por su dignidad de ser humano, merece ser respetada y no usada y manipulada porque otros, por una cuestión ideológica, creen que es la única solución.
El esfuerzo del estado debe estar centrado en tener en cuenta las dos vidas, la del ser humano por nacer y la de la mamá en crisis, por lo que la solución no es legalizar el aborto sino en brindarle toda la contención, ayuda y asistencia que esa mamá merece y necesita.
Emilio Perizzotti, Titular de Grávida Santa Fe
Integrante del Equipo Arquidiocesano de seguimiento Legislativo y de Docencia sobre la dignidad de la vida humana desde la concepción.