La pasión intacta. Las emociones a flor de piel. Las dudas que aparecen. El optimismo y el pesimismo que se entrecruzan. Las cábalas que se abalanzan por doquier. Las sensaciones que marcan una realidad incontrastable. Y que para el hincha son el combustible que alimenta el motor que mueve el amor por una camiseta. Y hoy ese motor lo ponen en marcha los hinchas sabaleros.
Juega Colón un partido clave para su historia. Un partido que se enmarca dentro de un contexto especial. Y el simpatizante rojinegro le da al día de hoy un color especialísimo. El color de la trascendencia internacional. Llega al Centenario uno de los grandes de América. San Pablo de Brasil para tratar de clasificar para una nueva ronda de la Copa Sudamericana. Y Colón lo aguarda con la fe intacta. Con la fe que le dió el histórico triunfo en el Morumbi.
¿Será igual esa historia? Difícil de contestar. Siempre digo que ningún partido es igual a otro,pero Colón deberá aferrarse a la misma consigna: La del Morumbi. Y aunque no todo es igual deberá extremar recursos para intentar que se de la misma coyuntura que en Brasil. Circunstancias y accidentes son peculiares en todo partido de fútbol. Y Colón también tendrá que estar preparado para ello para intentar cambiar el trámite del partido ante la adversidad.
Que en las tribunas todo sea normal. Que vivamos la fiesta del pueblo colonista.
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