Los dichos de Julio Comesaña luego de la práctica de Colón de este miércoles manifiestan una clara posición del técnico con respecto al trabajo interno del plantel.

La revelación que alguien de adentro "informó" a la prensa sobre los movimientos del equipo poniendo en descubierto la táctica y estrategia para enfrentar a Vélez busca desenmascarar a quien estando cerca del plantel ofrece esa información.

Esto último no es desconocido en nuestro fútbol, pero Comesaña, saliendo de lo normal, lo denuncia y produce un debate al que no estamos acostumbrados porque para nosotros es moneda corriente.

De todas maneras, el técnico tiene todo el derecho a criticar la situación y a bregar para que se destierre esa práctica, teniendo en cuenta que puede perjudicar a su equipo.

Hay que aclarar que el periodismo cumple su función de informar buscando fuentes fidedignas, que en muchas oportunidades son quienes hoy fueron tratados de alcahuetes por Comesaña.

Es un problema del técnico y su entorno tratar de erradicarlo y no es el periodista el responsable, porque nuestra misión es investigar e informar de manera certera y en esa investigación se recurre a los contactos más enraizados en la coyuntura que justamente se investiga.

Por otra parte no se debe fustigar al técnico por sus dichos, sino entender que es su forma de actuar y ver las cosas. Hecho que no está mal, máxime en este sistema futbolero que esconde mucha hipocresía y responde muchas veces con frases de momento para no decir lo auténtico.

De todas maneras, dicho esto, Comesaña y todos debemos entender que esto es una parte del juego. La otra parte, la más importante, la que nos acerca a la verdad más cercana, se manifiesta en el campo de juego con el desempeño de los jugadores y al borde del mismo con los consejos del técnico.

Es lo que auténticamente marca el camino. Las palabras de uno y otro lado muchas veces son etéreas.