Nate Roman, un hombre de 44 años que vive en Marlborough (Massachusetts), descubrió que alguien entró en su casa para limpiarla y ordenarla.
El hombre se percató de ello cuando volvió con su hijo de cinco años a la casa. Había estado fuera por motivos laborales. Fue el menor el que se percató de que la puerta trasera de la casa se encontraba abierta.
Entonces, el padre revisó las habitaciones y descubrió que todas ellas habían sido limpiadas (excepto la cocina). La cama de la habitación de su hijo estaba hecha y los peluches colocados en su sitio.
En el interior del domicilio se podía percibir olor a productos de limpieza. Las alfombras habían sido limpiadas con aspiradora y los inodoros lavados. Además, sobre el rollo de papel higiénico del baño el hombre encontró un origami en forma de una rosa hecha con el mismo material.
Roman se percató que no había cerrado la puerta trasera ni había puesto la alarma cuando salió de casa. Es por ello que, con miedo de que hubiera alguien en su casa, llamó a la policía.
Sin embargo, los agentes no lograron conseguir ninguna pista que apuntase a un posible sospechoso. Mientras tanto, el propio Roman estima que los 'intrusos' podrían haber sido parte de un servicio de limpieza a domicilio que se equivocó de dirección.