— Rafaela Noticias
El aviador sunchalense Owen Crippa, héroe de la Guerra de Malvinas, inició una campaña para lograr la repatriación del avión Aermacchi con el cual el 21 de mayo de 1982 atacó a la flota inglesa desplegada en apoyo del desembarco que se estaba realizando en el Estrecho de San Carlos, y que constituyó el comienzo de las batallas terrestres en las Malvinas.
El Aermacchi con el cual Crippa protagonizó su hazaña -entre otras acciones de guerra que lo tuvieron como protagonista- fue vendido por la Armada a un coleccionista norteamericano.
El periodista Alejandro Kasansew posteó en sus redes sociales la novedad sobre la campaña para recuperar el Aermacchi. “Irresponsablemente, mandos de la Armada vendieron a un coleccionista privado de los EE.UU. el histórico Aermacchi del teniente de navío Crippa, con el cual este atacó a la flota británica entera el 21 de mayo y averió a la fragata Argonaut. Ha llegado el momento en que el pueblo argentino puede reparar este craso error, donando cada uno de nosotros su óbolo a tal efecto. Hacerlo es un honor imperdible” publicó Kasanzew.
En tanto, Crippa también especificó detalles de la campaña que inició desde Sunchales. El texto dice lo siguiente:
“Hola a todos: Este avión está en Estados Unidos y en estos días comenzamos la campaña para recaudar fondos para repatriarlo. Hay un proyecto cuya primer etapa es comprarlo, embalarlo, ponerlo en un contenedor, y transportarlo hasta nuestro país. Para eso necesitamos alrededor de 50 mil dólares. La segunda etapa en el armado del avión es comprar las partes que falten para completarlo y construir el lugar donde será depositado. La última etapa será en ese espacio construir un museo interactivo, donde tengan participación todos los que hayan actuado en la guerra, mucho de ellos hoy todavía desconocidos e ignorados.
Los tripulantes de los buques pesqueros, los de ELMA (Empresa Líneas Marítimas del Estado), tripulaciones de aviones de empresas privadas, aerolíneas y gobernaciones, y por supuesto Gendarmería Nacional, Prefectura Nacional, Ejército, Fuerza Aérea y Armada. Para las dos últimas etapas, no tengo todavía presupuesto, hay gente trabajando.
Quienes quieran darle difusión a esto, agradeceré. Los depósitos deberán hacerse en la CUENTA CORRIENTE ESPECIAL EN PESOS Nº437609458188023 y Alias: QUESO.CICLO.SUELA abierta en el Aeroclub Sunchales, cuya razón social es AEROCLUB SUNCHALES CUIT 30-63333114-2 CBU 2850376740094581880238”.
La hazaña de Crippa
Aquél día, el entonces teniente de navío Owen Crippa, integrante de la Primera Escuardrilla Aeronaval de Ataque de la Armada argentina, recibió la orden de efectuar un vuelo de reconocimiento sobre el Estrecho de San Carlos, donde se reportaba un desembarco de tropas británicas.
Crippa -nacido en la localidad de Sarmiento, en 1951, pero afincado luego en Sunchales- inició un vuelo desde Puerto Argentino, con un Aermacchi MB 339 de entrenamiento avanzado, sólo equipado con cañones. El “reconocimiento” armado pronto se convirtió en otra cosa: Crippa, volando a ras del agua para evitar entrar en el lóbulo de los radares enemigos, se encontró con un helicóptero inglés servido en bandeja para el derribo.
Sin embargo, el segundo plano del campo visual del aviador le permitió observar otra imagen sobrecogedora: todo el despliegue de la flota británica en una maniobra de desembarco, con fragatas y buques de asistencia “encajonados” en el Estrecho. Pasando a escasos 10 metros del helicóptero enemigo -Crippa nunca olvidaría la cara de terror del piloto al pasar frente a él-, Crippa se enfocó en la primera fragata que encontró en su mira: la Argonaut.
Con armas inadecuadas, igualmente Crippa lanzó una andanada de cohetes y cañonazos que provocaron daños menores en la fragata. Volando a ras de las olas, con los proyectiles enemigos dibujando la silueta de su avión en el agua, Crippa volvió a pasar sobre la flota para una acción que quedó registrada en los anales del heroísmo de los aviadores nacionales: con un apuntador apoyado en su rodilla, sometido a la adrenalina de una acción de guerra ante un enemigo de enorme poderío, Crippa dibujó un croquis en el que alcanzó a detallar las 14 naves enemigas de mayor porte y el formato del despliegue bélico adversario.
Eran las 10 de la mañana de aquél día de mayo de 1982 Luego de maniobras evasivas y de un vuelo a bajísima altura para evitar ser derribado por las defensas propias de Puerto Argentino, Crippa regresó a la base y pidió que su avión fuera rearmado inmediatamente para volver al Estrecho, pero la Inteligencia de la Armada resolvió dejarlo en tierra para que ampliara su informe sobre el despliegue enemigo.
Una pistola en la cabeza
El periodista Nicolás Kasanzew, único corresponsal de la televisión argentina que cubrió la guerra desde las trincheras y conocido militante de la causa Malvinas, publicó una nota sobre la historia de Owen Crippa en un portal nacional y allí contó una anécdota que pinta de cuerpo entero al héroe sunchalense. Decidido a combatir hasta el final, en los últimos días del conflicto Crippa ya no podía volar desde Puerto Argentino y entonces pidió un fusil para luchar junto a la Infantería. En ese momento se cruzó con un oficial superior, quien le preguntó si estaba loco por intentar seguir la lucha y le anticipó que él, ese oficial superior, plantaría bandera blanca ante el primer británico que viera.
Crippa hirvió de indignación, según el relato de Kasanzew, y le puso un revólver en la cabeza a su superior: “tiene diez segundos para desaprecer de acà o es hombre muerto”, lo amenazó. Crippa no tuvo consecuencias por esa acción: repatriado a Buenos Aires antes de la finalización del conflicto para brindar asesoramiento de inteligencia, en enteró de la rendición con un sentimiento de dolor: Crippa siempre pensó que se debió haber luchado una batalla final en Puerto Argentino.