Durante la tarde de este jueves, se conoció la noticia del fallecimiento de Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, referente de los derechos humanos y santa pagana de todas las luchas.
Hasta principios de este mes, Norita estuvo en Plaza de Mayo, lugar que transitaba desde 1977, cuando su hijo Carlos Gustavo Cortiñas fue secuestrado por la última dictadura cívico militar eclesiástica.
Su corazón noble, y su incansable búsqueda de justicia la llevó a enfrentar infinidad de luchas y convertirse en un emblema de los derechos humanos.
Hugo Kofman, integrante del foro contra la impunidad y por la justicia, la recordó en exclusivo por LT9.
"Estamos con una tristeza muy grande, para nosotros Norita es una compañera querida y muy cercana" lamentó Kofman.
Pese a que sea una realidad el paso del tiempo, "pensábamos que por ahí en Norita podía estar unos años más, porque era una de las más jóvenes entre comillas y estaba bien, estaba muy lucida, pero la salud no la acompañó" señaló el referente.
"En su larga vida de lucha dejó muchos recuerdos, muchas enseñanzas y es algo que realmente valoramos muchísimo" destacó Kofman.
Y en este sentido agregó: "Nora Cortiñas es reconocida por todos los trabajadores argentinos, porque donde ha habido luchas de gente que la necesitaba, ella siempre estuvo. Estuvo con los trabajadores, estuvo con los desocupados, estuvo con los estudiantes, con las mujeres".
Consultado, sobre cómo transitaba Nora la esperanza de poder encontrar a su hijo, Kofman compartió: "Ella, al igual que todos, tenía esperanza. Ya no de encontrarlo con vida, obviamente, porque ese es el problema de la figura del desaparecido, deja siempre una incógnita en la familia. Convencerse que está muerto no es fácil, si no se ha visto el cuerpo", en este punto se evidencia "la perversión del plan sistemático de exterminio, que no era solamente matar, sino desaparecer. Entonces, a la familia siempre le queda, o aunque sea una pequeña esperanza de encontrarlo con vida y eso es lo que produce un dolor mayor que el de la propia muerte".
Nora pudo, como decían siempre las madres, transformar su dolor en lucha, "uno ve las fotos de ella siempre con una sonrisa, y acompañando a todos los que lucharon".
Para finalizar, Kofman compartió unas líneas del libro "Norita, la Madre de todas las batallas", publicado por la editorial Sudesta en 2019:
"Dentro de unos muchos años, me gustaría ser recordada como una mujer que dio todo para que tengamos una vida más digna, como una persona auténtica que nunca hizo nada para sobresalir, ni para estar en un escenario ni salir en el diario. Me gustaría ser recordada con ese grito que digo siempre y que significa todo lo que siento dentro mío, significa la esperanza de que algún día va a existir ese otro mundo posible. Un mundo para todos y todas. Entonces, me gustaría ser recordada con una sonrisa y gritando bien fuerte, venceremos, venceremos, venceremos".
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