Tarde triste para el fútbol Santafesino, especialmente para el mundo sabalero.
La acción de barrabravas, que seguramente nada tienen que ver con el sentimiento colonista, produjo la suspensión del partido que Colón jugaba con Vélez, a los 22 minutos del primer tiempo, con el marcador 0 a 0.
Tres bombas arrojadas desde el sector de la popular norte provocó la determinación del árbitro Andres Merlo de cortar el cotejo, ante la imposibilidad de la policía de brindar la seguridad correspondiente, segun lo dicho por el por el propio encargado de impartir justicia en el juego.
Nuevamente fallaron los sistemas de seguridad, que no detectaron el ingreso de dichas bombas al estadio y que luego tampoco pudieron contener a los responsables de hacerlas explotar.
Nadie sabe a ciencia cierta cual o cuáles son los motivos que determinaron el accionar de estos barras. Se especula con una extorsión a dirigentes para conseguir dinero para viajar al mundial de Rusia como también una promesa no cumplida por parte de los jugadores relacionada con el mismo tema. Pero son meras especulaciones.
Lo concreto es que asistimos a un espectáculo que cercena la imagen de Colón y por ende la de Santa Fe. Una situación que entristece y que provoca el repudio hacia quienes cometieron el atropello no solamente hacia Colón sino al resto de simpatizantes que reaccionaron inmediatamente contra los delincuentes.
Las autoridades gubernamentales, los propios dirigentes y los organismos de seguridad deberán de una vez por todas sincerar estás situaciones y actuar con firmeza para que de una vez por todas esto sea erradicado.
Mientras la prevención y el accionar de la policía no sean apoyados por las gestiones del Estado (llámese gobierno) y los dirigentes no superen el hecho de ser rehenes de estos vándalos TODOS seguiremos sufriendo las consecuencias.
Por el lado particular de Colón, ahora sus dirigentes deberán trabajar a pleno para tratar de que la pena sea la menor posible. No habría descuento de puntos, pero si suspensión del estadio, o bien jugar a puertas cerradas los encuentros que quedan como local ( lo que resta con Vélez, Patronato y nada menos que River), más allá de alguna sanción económica.
Este es el resultado del muy mal comportamiento de los barras y cierta desidia en el contralor de los mismos.
Pero el resultado más importante y negativo es que nuevamente ganaron los malos. Y lo peor, pareciera que la solución está lejos de encontrarse.