Algoritmos y bots en redes sociales: automáticos pero basados en lo humano
A medida que las redes sociales fueron creciendo y desarrollándose, surgieron muchas incógnitas en la sociedad acerca de la utilización de los algoritmos. ¿Cómo saben qué me gusta y qué no? ¿Por qué miro una publicidad de una remera y a los segundos me aparecen remeras de todos los colores y tamaños? De alguna manera, la respuesta a estas preguntas existe, tratando de comprender el funcionamiento de estos.
Los algoritmos son un conjunto de operaciones digitales que deciden dentro de la red qué contenido mostrarnos y qué no, basado en nuestros intereses como usuarios. Estos se van definiendo de acuerdo a las acciones que realizamos dentro de cada red social, desde el contenido al que le ponemos me gusta o compartimos hasta cuánto tiempo pasamos en la aplicación. Todos estos comportamientos son medibles para las redes sociales, de los cuales obtienen la información para decidir el contenido que se muestra.
En relación con esto, es importante tener en cuenta que publicar en redes sociales no depende sólo de la calidad o astucia del contenido en sí, debido a que los algoritmos presentan un rol fundamental en el orden en el cual se muestra el contenido a cada usuario.
¿Cómo funcionan los algoritmos de Instagram?
Según un artículo publicado en la web de soporte de Instagram, la red utiliza una variedad de algoritmos, clasificadores y procesos, cada uno con su propio propósito para personalizar la experiencia de cada usuario a través de la tecnología. De esta manera, en cada parte de la aplicación (Feed, Explore, Reels) se utiliza un propio algoritmo adaptado a la manera en la que cada persona use esa función. Esto quiere decir que los algoritmos no funcionan de la misma manera en todos los usuarios.
Por ejemplo, el Feed (inicio) y las Stories (historias) son lugares donde las personas buscan ver el contenido de las cuentas que siguen, y exceptuando los anuncios (que también tienen su propio algoritmo), el contenido que se mostrará no será más que eso. El algoritmo aquí funciona ordenando ese contenido de las cuentas que seguimos según “señales”, que se ordenan en:
- Información sobre la publicación en sí: cuándo se publicó, cuánto dura si es un video y en qué ubicación;
- Información sobre la persona que publicó: cuántas veces las personas han interactuado con esa persona en las últimas semanas;
- Tu actividad: a qué publicaciones les diste like, si comentaste o compartiste.
A partir de toda esta información, se elaboran predicciones sobre cuál será el comportamiento del usuario en estas partes de Instagram, y de esta manera se determina el contenido para mostrar. Cabe destacar que la función de Explorar o los Reels tienen una dinámica distinta para cada cual, aunque similares ya que se trata de contenido de cuentas a las que no se sigue y se enfocan en la actividad y la interacción.
¿Los algoritmos de Facebook son similares?
La respuesta es sí. Al ser una aplicación que depende de la misma empresa que Instagram, los algoritmos funcionan de una manera similar, aunque con respectivas diferencias de acuerdo a cada parte de la red. Un artículo oficial de la página de Meta llamado "¿Por qué estoy viendo esto?" intenta responder a esta pregunta de forma sencilla. Entre los principales motivos se encuentran la interacción con las personas, páginas o grupos (teniendo en cuenta la cantidad de me gusta, las veces compartido y los comentarios, así como también el ingreso a diversos perfiles o páginas), la interacción con un contenido específico similar (determinados temas sobre los que se navega), o su popularidad en la red (medida también por las opciones de interacción).
Con respecto a los anuncios, existe una opción personalizada para saber cómo decide Facebook qué anuncios mostrarme. En su mayoría, se debe a la interacción del usuario con las páginas que frecuenta, sus intereses y a los clics en anuncios anteriores.
¿En Twitter también hay algoritmos?
Según informa la red social en el centro de ayuda, la sección “Para ti” se rige por tweets de cuentas y temas que sigues, así como tweets recomendados de acuerdo a los intereses del usuario. En esta red se permite desde la configuración escoger qué contenido se desea ver y qué no, sobre qué temas y qué palabras ver o no.
¿Y en Tik Tok?
Esta red social que se hizo mucho más popular en la pandemia también utiliza algoritmos basados en datos del usuario para mostrar contenido personalizado. En la web oficial de Tik Tok se publicó un artículo que explica cómo la red recomienda videos.
En este, se explica que la información utilizada en la sección “Para ti” es recolectada a través de los me gusta, los usuarios con los que más se interactúa, los temas que se suelen compartir, los que se buscan, aunque no se compartan, entre otros. Por otra parte, se tienen en cuenta datos “secundarios”: hashtags que el usuario usa, la música o audios que emplea, el tiempo que se queda mirando el video, y si lo mira completo o desliza antes que termine. A raíz de todas estas acciones, la aplicación crea un perfil correspondiente a cada usuario para mostrar cierta publicidad o contenido.
Los bots
En general, los bots son programas que están desarrollados para actuar de forma automática, ya sea autónoma o parcialmente. Se utilizan para reemplazar acciones humanas dentro de internet o de las redes sociales, como por ejemplo contestar mensajes (a manera de un asistente virtual).
Estos programas automatizados se emplean dentro de las redes sociales para participar en las mismas. Al estar diseñados en base a las acciones de los humanos, imitan comportamientos de los usuarios dentro de cada red, de acuerdo a las funciones que cada una presenta. Los bots funcionan de distintas maneras en Facebook, Instagram y Twitter, por ejemplo, y si bien algunos son útiles y benévolos, otros se utilizan para otros fines.
Pueden servir de manera positiva desarrollándose como asistentes virtuales, para simplificar tareas o acciones que requieren tiempo dentro de las redes, como por ejemplo contestar mensajes. Los chats automáticos (chatbots) son empleados por empresas o instituciones que tienen un volumen elevado de mensajes en sus redes y ayudan a ordenar y optimizar el tiempo de trabajo.
Negativamente, son utilizados para aumentar considerablemente la cantidad de seguidores en una cuenta, (el famoso “comprar seguidores”), para influir en elecciones o campañas políticas, para reprimir ciertas expresiones o mensajes o difundir virus o spam.
Los más conocidos: los bots de Twitter
Una de las redes donde más se habla de la presencia de los bots es en Twitter. Incluso ya se emplea el término “Twitterbot”, debido a que fue por un tiempo un problema importante que la empresa debió enfrentar. De hecho, según un artículo publicado en el New York Times, la razón principal por la cual Elon Musk compró la plataforma el año pasado fue un desacuerdo persistente sobre el número de cuentas que son bots de spam que existen en la plataforma.
Los Twitterbots permiten realizar muchas de las acciones que un usuario puede hacer en la plataforma: twittear a la gente, compartir tweets, seguir y ser seguidos por otras personas, entre otras. Ante esto, Twitter define los bots de spam buenos como cuentas automatizadas que “ayudan a la gente a encontrar información útil, entretenida y relevante”. Por ejemplo, existe un Twitterbot (@mrstockbot) brinda respuestas detalladas a los usuarios cuando preguntan precios de acciones bursátiles, o uno que informa cuando sucede cualquier terremoto de magnitud 5,0 o superior en cualquier parte del mundo (@earthquakebot). Si bien esto es cierto, existen otras cuentas de bots que son utilizadas en el ámbito político, como fue el caso de Donald Trump en Estados Unidos.
¿Cómo detectarlos y combatirlos?
Este tipo de perfiles son variados. Existen bots con nombres que parecen reales, llevando a cabo acciones que podrían ser humanas. Esto se debe a que con el tiempo fueron mejorando, ayudados por el avance de las técnicas digitales para mezclarse entre cuentas con mayor facilidad, pero existen ciertas características que nos permiten detectarlos y actuar frente a ellos:
- Perfiles escuetos: suelen tener feeds personales muy limitados, con pocas imágenes.
- Nombre de usuario: muchas de estas cuentas tienen perfiles con nombres falsos o sin sentido, con números extensos.
- Mensajes repetitivos: normalmente sólo publica links o el mismo mensaje.
- Número de seguidores: tienen un número de seguidores bajo, incluso a veces no cuentan con ninguno.
Conocer y poner en práctica el reconocimiento de estas características permite, además, combatir las fake news dentro de las redes sociales.
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