La Policía de Investigaciones de la provincia dio a conocer los resultados de las investigaciones que se generaron con motivo de los llamados advirtiendo de la presencia de bombas en establecimientos escolares y otros sitios públicos. Se pudo conocer que 9 jóvenes de entre 13 y 17 años fueron los autores de las llamadas, utilizando sus teléfonos celulares con abono prepago o llamando desde teléfonos públicos.
El comisario Mario Monzón, Jefe de la PDI, explicó que los menores de entre 13 y 15 años son inimputables, motivo por el cual quedaron a disposición de la Subsecretaría de Menores, Adolescentes y Familia y a los otros, de 16 y 17 años se les abrió una causa por “intimidación pública” en la justicia de menores.
En estos primeros meses del año, confirmó el comisario Monzón que suman 70 las amenazas. Con la particularidad de que uno de los adolescentes realizó dos amenazas, una a la escuela donde concurre y a otra de su barrio.
Estas identificaciones se suman o otras donde ya se había determinado la procedencia de las llamadas y se había procedido en consecuencia con sus autores. Sobre los motivos, trascendió que algunos chicos asumieron la responsabilidad de haber efectuado los llamados para suspender el dictado de clases y otros sólo para hacer una broma.
Mientras las causas siguen su curso en la justicia de menores, los alumnos recibirán las correspondientes sanciones en las escuelas a las que asisten, dispuestas por las autoridades de cada establecimiento y previstas por el ministerio de Educación para este tipo de casos.
También trascendió el particular caso de una de las adolescentes, que resultó ser autora de uno de los llamados, quien no podrá hacer su viaje junto a otras quinceañeras a Orlando, debido a que posee una causa abierta y eso le impide el ingreso a los Estados Unidos.
"Es hora de que conociendo la suerte que corrieron los graciosos, se de un corte a una larga zaga de amenazas, que dejó las sensación de que nada podía detener a los inescrupulosos estudiantes, que pusieron en riesgo a sus compañeros y personal de las escuelas, y generaron un inconmensurable gasto al tener que destinar recursos para los protocolos de actuación ante las amenazas primero y para la investigación luego", dijo uno de los padres de un alumno de una escuela del centro.
"Ahora solo habrá que esperar que los jóvenes reflexionen, los padres puedan hablar de éstos temas con sus hijos y los talleres y charlas que se desarrollen en las escuelas den resultados y ya no tengamos que informar de nuevos llamados con amenazas de bomba, tal vez para evitar un examen", comentó un docente de una de las escuelas.