La nutria gigante Alondra, que arribó tres meses atrás desde Hungría y cumplió con el período de cuarentena, fue trasladada la semana pasada al corral de pre-suelta en la Isla de San Alonso, en el Parque Nacional Iberá.
Allí atravesará un período de adaptación previo a ser liberada. El corral, a orillas de la laguna Paraná, fue construido por el equipo de Rewilding de CLT Argentina, que lidera el proyecto de reintroducción de la especie en este ecosistema en conjunto con el gobierno de Corrientes y la Administración de Parques Nacionales.
El lobo gargantilla se encuentra extinto en la provincia desde mediados del siglo XX. Sebastián Di Martino, Director de Conservación de CLT Argentina, comentó: “El objetivo de este proyecto es alcanzar un Iberá cada vez más completo y funcional, desde el punto de vista ecológico.
Esta enorme área protegida, que incluye al Parque Nacional y al Parque Provincial Iberá, ofrece muy buenas condiciones para reintroducir la especie, pues gracias a su categoría de conservación ya no presenta ninguna de las amenazas que la llevaron a la extinción en primer lugar”.
Alondra es una hembra de lobo gargantilla (Ptenoura brasiliensis) de siete años de edad, y fue donada por el Budapest Zoo de la capital húngara para integrar el proyecto que busca recuperar al predador tope acuático del ecosistema del Iberá.
Tras cumplir con el período de cuarentena en la localidad de San Cayetano, en Corrientes, donde fue evaluada para su reintroducción, fue trasladada a un corral en la Isla de San Alonso, en el Parque Nacional Iberá.
Ella siente gran curiosidad por el entorno, pasa muchas horas nadando y jugando; ya ha cazado a sus primeros peces e, incluso, ha construido una madriguera en el interior del monte.
Este mamíferoacuático,que representa un importante recurso de ecoturismo basado en la observación de fauna en muchos sectores de su actual distribución, está considerado extinto en la Argentina, y amenazado en la mayoría de los países donde se encuentra. (Weekend)