— Juan José Storti
El verano que dejamos atrás hace unas semanas fue el más caluroso de la historia de Argentina desde que hay registro; y no tanto por los picos de temperaturas, sino y principalmente por el sostenimiento de altas temperaturas, cercanas o superiores a 35°, a través de los días.
Esto, sumado a la sequía histórica que duró alrededor de tres años generaron las condiciones de vida extrema para innumerables especies de animales y de flora autóctona, y hasta para los seres humanos.
Incluso la ministra de Salud de Santa Fe reconoció en una nota con LT9 que en el momento más agudo de esta crisis ambiental (y esta es una opinión personal), el humo generado por la quema de los humedales era equivalente a estar expuesto “al humo de cigarrillo las 24 horas del día”.
Así también lo supo reflejar la periodista Florencia Illbele para el sitio porteño Infobae.
Fue tal la gravedad de los incendios, que a fines del 2021 llegó a peligrar por las llamas el Parque Arqueológico Santa Fe La Vieja de Cayastá, donde fue fundada originariamente la ciudad, y donde el fuego puso en riesgo las edificaciones históricas.
Esto tiene muchas causas, y la principal de ellas es el calentamiento global.
Pero, ¿cuánto sabemos sobre el calentamiento global?
Es un proceso de aumento a largo plazo de la temperatura del atmosférica del sistema climático de la tierra debido a la intensificación del efecto invernadero, que se produce por la emisión de gases de efecto invernadero –que retienen la radiación solar que revota en la tierra y la mantiene en la atmósfera, y la calienta-.
Si bien esto es en parte un proceso natural que hace que la Tierra mantenga una temperatura “habitable”, se ha ido agudizado a través de los años, y se convirtió en una verdadera problemática con la aparición del sistema capitalista de producción industrial de bienes y servicios, y su aplicación a las distintas ramas de la actividad económica: agricultura, ganadería, químicos, calzado e indumentaria, metalmecánica, etc.
Entre los gases de efecto invernadero se encuentran el dióxido de carbono (CO2), el óxido nitroso y el metano.
Para medir el impacto de nuestras actividades humanas, vinculadas con las actuales formas de vida existe lo que se llama “huella de carbono”, que mide en promedio las emisiones de todas nuestras acciones como seres humanos.
En números
Una persona promedio del mundo occidental tiene una huella de carbono de 10 toneladas dióxido de carbono por año, y el promedio mundial actual es de 5 toneladas dióxido por año por persona.
Para reducir el impacto del cambio climático, tenemos que reducir ese promedio a 2 toneladas dióxido por persona para el año 2030, fecha en la cual llegaremos a un punto de “no retorno”.
Al ser un fenómeno multicausal, para hablar de calentamiento global hay que tocar distintas aristas.
Por ejemplo, la relación de los residuos con las emisiones de gases de efecto invernadero:
• Cada kilo de plástico que se produce genera de 3 a 6 kilos de dióxido de carbono.
• El consumo de plástico promedio por persona en las sociedades occidentales es de 50 kilogramos.
• Es decir que solo por consumir productos que utilicen plástico cada persona desecha unos 300 kilos de este material por año, que producen unos 1800 kilos de dióxido por año.
• Además el plástico tarda en descomponerse en los basurales de 50 a 500 años, dependiendo el tipo.
Vinculado a la forma de transporte
• Una persona que no utiliza automóvil, que no maneja y usa poco el servicio de taxis y remises, emite en promedio una tonelada menos de dióxido de carbono que alguien que sí utiliza un vehículo de este tipo.
• Uno de los transportes que más contamina en este sentido es el avión: cada viaje de ida y vuelta, sea este dentro de un mismo país o no, agrega aproximadamente 300 kg dióxido de carbono (CO2e) a la huella de carbono de la persona que lo utiliza.
• Al elegir tomar el colectivo, tren o auto (con más de un pasajero), puedes reducirla en un del 50 al 99%.
Hábitos de compra
• Comprando productos locales se reduce un 10% la huella de carbono, por diversas cuestiones, la principal: el traslado y el consumo de combustible para hacerlo.
¿Es posible que la huella de carbón sea nula?
En nuestra forma de vida actual es imposible que sea nula, pero sí es posible reducir nuestro impacto en el ambiente.
Podés estimar tu huella de carbono en calculadores como esta o muchas otras que se encuentran fácilmente en internet.
Efectos
Uno de los que más sufrimos como santafesinos el último tiempo está relacionado a las quemas de los humedales, de zona de islas y bañados, y de pastizales.
Esto se produce por la sequedad del clima, el déficit hídrico o sequía prolongada, y las temperaturas extremas. Por estos motivos se trata de un efecto del cambio climático.
Según distintas estimaciones, desde el 2020 hasta septiembre del año pasado el fuego había consumido casi un millón de hectáreas (997.721) de las 2.300.000 (dos millones trescientas mil) que tiene el Delta del Paraná, que comienza en Entre Ríos, continúa en Santa Fe y desemboca en el Río de la Plata, atravesando la provincia de Buenos Aires.
Habitan aquí unas 47 especies de mamíferos, 269 especies diferentes de aves, 37 de reptiles, 27 de anfibios, y 187 de peces.
Esto también tiene efectos en la salud de los que hablamos más arriba.
Otra cuestión es la contaminación de nuestros alimentos por la producción agroindustrial y el uso de agroquímicos y desarrollo de semillas cada vez más resistentes a sus efectos nocivos para las demás plantas (llamadas plagas) y animales.
Esto también tiene definiciones diferentes en las dos costas de la grieta: las organizaciones ambientalistas lo definen como “agrotóxicos” y los sectores del campo como “productos fitosanitarios”.
Ya en 2021, investigadores del Laboratorio de Ecotoxicología de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL habían detectado agroquímicos tanto en el agua del río Salado como en los sedimentos y los peces, en un trabajo ordenado por la Procuración General de la Corte Suprema de Justicia provincial.
En las muestras encontraron incluso químicos que han sido prohibidos por la Unión Europea, como el insecticida neurotóxico clorpirifos, por sus grandes riesgos para la salud humana y animal.
Y el caso tomó más relevancia a principios de este año cuando un trabajo científico conjunto entre la UNL y el Conicet demostró que hay poblaciones de sábalos del Salado que incorporaron tantos plaguicidas, principalmente glifosato, que no están aptos para el consumo.
"Los resultados de nuestro estudio determinaron concentraciones máximas muy altas de herbicidas polares, principalmente glifosato y sus productos de degradación, y glufosinato de amonio (herbicida) en tejido muscular de peces, mayores que los registrados para peces de agua dulce en otros estudios a nivel mundial", había indicado el director de la investigación, Rafael Lajmanovich.
Esto, además, tiene un enorme efecto negativo en la economía y afecta a los trabajadores pesqueros artesanales.
Sin embargo, hay algunas cosas que podemos hacer
La clave principal es pensar en nuestros hábitos y consumos:
• reducir el consumo de carne vacuna o bovina, por la cantidad de emisiones que representa toda la cadena. (recodar el tema nutricionista en caso de cambios bruscos de alimentación) Los criaderos industriales de vacas y corderos son grandes generadoras de metano, un gas que tiene un efecto invernadero 28 veces mayor que el dióxido de carbono.
(recodar la producción de Feed-Lot, donde las vacas casi no se mueven, hace que la carne sea más tierna por la falta de movimiento, pero se crian entre excremento)
• Utilizar el transporte público y/o medios de transporte que representen un menor impacto en el ambiente, reciclar.
• Evitar el desperdicio de alimentos, reduce el 10% de la huella de carbono, por ejemplo.
• Tener presente la materia prima de los muebles, artículos de decoración, juguetes, etc. Ya que los productos de vidrio, metal, plástico, algodón y piedra causan una gran cantidad de emisiones, mientras que productos de madera y bambú capturan más dióxido del que se usa para producirlos.
• Comprar de segunda mano, o lo que ahora es conocido como economía circular.
• Analizar las plataformas de los políticos y ver si la cuestión ambiental está abordada en sus plataformas.
• Pensar en los consumos de energía, tanto eléctrica como de gas, y también de agua potable. No derrochar este elemento vital para todos los seres vivos.
• (recordar problemática del fracking, sin soslayar lo que representa esta actividad para la economía de los pueblos, documental gretta no es bien recibida)
• Utilizar medios alternativos como la bicicleta o el traslado a pie en cortas distancias.
• Comprar en ferias de productores locales y regionales, ya que incluso los que no son exclusivamente de productos agroecológico, implican una menor contaminación por transporte, etc. Y si son de productos agroecológicos, ¡mucho mejor!
Experiencias locales
En la ciudad de Santa Fe, por ejemplo, existen los Ecopuntos, donde se recepcionan residuos limpios de plástico, metal, papel, telgopor, papeles, cartón, pilas y hasta residuos electrónicos; y se los intercambia por elementos de jardinería como tierra, abono y semillas.
¿Dónde los encontrás?
• Plazoleta Alemania | 9 de julio e Illia
• Parque Alberdi | Rivadavia, entre Cortada Falucho y Primera Junta
• Estación Belgrano | Bv. Gálvez casi Dorrego
• Parque Federal | Pedro Vittori y Regis Martínez
• Costanera Oeste | Almirante Brown al 5294
• Parque Garay | Salvador Caputto y Av. Pte. Perón
• Plaza Juan Pablo López | Antonia Godoy y Javier de la Rosa (frente a la Basílica de
Guadalupe)
• Paseo del Restaurador | Pedro Vittori y Cándido Pujato
• Plaza Fournier | Castelli y San Lorenzo
• Colectora RP1 6214 | afuera del camping ASOEM
La movilidad a través de las bicis públicas a las que se pueden acceder a través de la APP, en este momento de forma gratuita y luego con un costo mínimo. Tiene un tiempo de duración, por ahora, de 40 minutos.
Feria de productores de la Unión de Trabajadores de la Tierra, que utilizan sistemas agroecológicos para la producción de alimentos, suelen tener precios accesibles en cantidades, y generan trabajo local con menor impacto en el ambiente.
El relleno sanitario, que representa una disposición ordenada de los Residuos Sólidos Urbanos que se generan en la ciudad de Santa Fe y las localidades linderas que forman parte del Área Metropolitana, y significan una gestión conjunta de los desperdicios que generamos todos. Y esto se suma a la posibilidad del reciclado de residuos reutilizables.
Para tener una dimensión de la problemática de la basura, el área metropolitana de la que Santa Fe es la cabecera genera 15.000 toneladas mensuales de residuos que van a parar al relleno, es decir unas 500 toneladas diarias. (5000 kilos)
El dato es que durante el 2022 se pudieron reciclar unas 300 toneladas en los distintos Ecopuntos de la ciudad, y que eran menos que los actuales.
Una Historia
Greta Tumberg, que es una joven nacida en Estocolmo, Suecia, en 2003.
Actualmente tiene 20 años, pero empezó su activismo en 2018 cuando era una niña de 15 años.
Se hizo conocida mundialmente porque el 20 de agosto de ese año, decidió no asistir más a clases en forma de protesta para que el gobierno de su país comience a realizar acciones que reduzcan las emisiones de carbono tal como se habían comprometido 270 ciudades de varios países en el llamado Acuerdo de París.
Esto fue en la previa de las elecciones generales suecas.
Desde entonces manitiene todos los viernes una “Skolstrejk (SCOLSTREJ) för klimatet”, o “huelga escolar por el clima”.
En el cine y plataformas
Sobre la forma de vida y las acciones motorizadas por Greta está disponible un documental en HBO MAX que aborda la cuestión climática en distintos países del mundo desde la visión de esta joven sueca.
Se llama “Greta Thumberg, un año para cambiar el mundo”.
También hay referencias a los efectos del cambio climático en una serie distópica británica que se llama Years and Years, también de HBO.
En canciones
Escuchamos durante todo el micro la música del compositor y pianista italiano Ludovico Eniaudi, que en un trabajo en conjunto con Greenpeace interpretó esta pieza en el Ártico.
Se llama “Elegía por el Ártico” y fue grabada en un piano flotante en las aguas heladas del Polo norte en el año 2016.
Cerramos el micro con “Colabore para no desaparecer” de la banda uruguaya La Vela Puerca, que se encuentra en el disco EL IMPULSO del año 2007.
El audioinforme