En la dramática mañana del 15 de noviembre del año pasado, la Armada entabló la última comunicación con el submarino San Juan a las 07.19, es decir menos de 3 horas antes de la explosión, mientras los 44 tripulantes hacían un titánico esfuerzo para superar una avería en las baterías. A esa hora, el jefe de operaciones del San Juan, Fernando Villareal, comunicó al jefe de la fuerza de submarinos, Claudio Villamide, que -tras el violento temporal de la noche anterior- se sumergiría: "a plano 40 para entrar al tanque de batería n°3 y evaluar los daños", luego de haber sufrido un cortocircuito. "Plano 40" significa a 40 metros de profundidad donde los submarinos navegan propulsados por las baterías. En la superficie, usan sus motores diésel, pero la tormenta las impedía navegar allí, según el escrito al que accedió Clarín en fuentes judiciales.
Villareal le dijo que en ese momento estaban "navegando en plano de periscopio" antes de la inmersión donde no sufrirían los efectos de la tormenta y precisó:
-"Estamos propulsando con circuito dividido (de baterías), circuito de popa.
- Rumbo 015°, velocidad 5 Ns.
- Que tenían intenciones de descansar porque el temporal los había castigado durante la navegación en superficie de la noche anterior.
- Que procederían a plano 40 para entrar en el tanque de baterías Nº 3 y evaluar los daños".
Estos y otros datos inéditos están en un descargo que Villamide y del ex jefe de la base de puerto Belgrano, vicealmirante Luis López Masseo prepararon para entregar a la comisión investigadora de Defensa y a la Justicia. Los mismos revelan todas las comunicaciones del buque. En este documento los marinos explican que el plan de rescate se puso en marcha el 16 de noviembre a las 16.23, es decir 4,5 horas antes de lo previsto por el reglamento del sistema de alertas y emergencias que rige para los submarinos.
El documento es importante porque el ministro de Defensa, Oscar Aguad, dará el lunes un informe ante la comisión investigadora del Congreso y luego decidirá la semana próxima si anula o no un sumario que el ex jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur, abrió contra Villamide y López Masseo acusándolos por el naufragio.
Como los submarinos son un arma estratégica que deben navegar sin ser detectados no se comunican constantemente, sino con una frecuencia mínima de 24 horas y una máxima de 72, en tiempos de paz.
El San Juan durante el 2017 ya había navegado 53 días con alrededor de 1.029 horas de inmersión y el recorrido de 7.499 millas náuticas (unos 15 mil kilómetros). Había zarpado el 25 de octubre de Mar del Plata con la orden de enviar mensajes de seguridad cada 48 horas al comando de la fuerza de submarinos que dirigía Villamide.
Luego de participar de un ejercicio con la flota de superficie frente a Ushuaia y otro frente a la boca del estrecho de Magallanes, el 14 de noviembre a medianoche el capitán de fragata Hugo Miguel Correa, Jefe de Operaciones del Comando de la Fuerza de Submarinos, recibió un llamado de Villarreal, informándole que el submarino "se encontraba navegando en superficie, en un temporal, porque había tenido un cortocircuito con principio incendio en la batería de proa". Incendio no significa que hubo fuego sino que se produjo en una batería seguramente por el contacto con el agua de mar que habría entrado por el snorkel.
Fuente: El Once